Los legisladores de Nueva Zelanda aprobaron un proyecto de ley que compromete al país a ser neutral en emisiones de carbono para el año 2050. La medida se aprobó 119 votos contra uno, demostrando el compromiso de todos los partidos locales.
La primera ministra, Jacinda Ardern, agradeció a los legisladores por apoyar el proyecto de ley y expresó su agradecimiento por que en los últimos 10 años el Parlamento haya progresado de debatir si el calentamiento global es real, a discutir qué hacer al respecto.
"Tenemos que comenzar a ir más allá de los objetivos. Tenemos que comenzar a ir más allá de las aspiraciones. Tenemos que comenzar a ir más allá de las declaraciones de esperanza y dar señales de acción” dijo Ardern en un comunicado.
El proyecto de ley “Zero Carbon” tiene como objetivo proporcionar un marco adecuado para implementar políticas efectivas contra el cambio climático. Este proyecto de ley está en línea con los objetivos del Acuerdo de París: limitar el aumento de la temperatura promedio global a 1.5° C por encima de los niveles preindustriales.
El plan
El proyecto de ley de Nueva Zelanda establece un objetivo ambicioso: reducir todos los gases de efecto invernadero (excepto el metano biogénico, emitido por fuentes vegetales y animales) a “cero neto” para 2050.
El objetivo se perfila como muy posible, ya que el país está bien posicionado para alcanzarlo: Nueva Zelanda ya genera el 80% de su electricidad a partir de energías renovables, y ese porcentaje será aún mayor en 2035 a medida que se eliminen gradualmente el uso del petróleo y otros combustibles fósiles.
[También podría interesarte: Reino Unido cubrirá un área equivalente a 22.000 campos de fútbol con paneles solares]
El gobierno está cambiando sus transportes tradicionales por vehículos eléctricos y está trabajando para difundir la transición hacia el resto de la población. También han reiniciado un programa para subsidiar el aislamiento de viviendas e invertirán $14.5 mil millones en los próximos 10 años en infraestructura de tránsito, ciclismo y caminatas. Adicionalmente, ya se han comprometido a plantar mil millones de árboles para 2028.
El problema del metano
A medida que incrementan las emisiones de los gases de efecto invernadero, el metano se perfila como un problema adicional al ya de por sí grave caso del dióxido de carbono. Si bien metano en la atmósfera se descompone a lo largo de décadas, mientras que el CO2 permanece en la atmósfera durante siglos o más, el metano también es nocivo.
El gas atrapa aproximadamente 30 veces más calor en la atmósfera que el CO2, y esto es un desafío para la administración de Nueva Zelanda. En términos de emisiones de metano biogénico, Nueva Zelanda no apunta a “cero neto” como en CO2. En cambio, su objetivo es reducir para 2030las emisiones a un 10% por debajo de los niveles de 2017, y luego a un 24% o 47% para 2050.
[También podría interesarte: Acciones sencillas que puedes realizar desde tu hogar para enfrentar la emergencia climática]
La agricultura es la mayor fuente individual de emisiones de efecto invernadero en Nueva Zelanda: representó el 48% del total en 2017. Por su parte, las emisiones de metano de los animales rumiantes (ovejas, ganado, etc.) representaron el 34% de sus emisiones totales. Al separar las emisiones, Nueva Zelanda ha logrado que alcanzar sus objetivos de carbono sea mucho más fácil.
Los animales rumiantes liberan metano a medida que digieren el pasto y otras hojas, por lo que no hay una manera fácil de prevenir este proceso natural, pero los científicos han descubierto que agregar ciertas plantas en su dieta puede reducir la cantidad de metano que producen.
Nueva Zelanda no es el único país que ha asumido un compromiso político para la reducción de emisiones de efecto invernadero. En 2017, el parlamento de Suecia votó para reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero para 2045.
Los gobiernos de Costa Rica, Dinamarca, Fiji, Francia, Alemania y el Reino Unido han afirmado tener la intención de lograr emisiones netas de cero para 2050, y la Unión Europea está considerando aplicar ese objetivo, aunque países productores de carbón como Polonia están en desacuerdo. Para lograrlo, deben encontrar formas de generar electricidad sin quemar combustibles fósiles, como energía hidroeléctrica doméstica y eólica.
Fuente: