El tráfico de vida silvestre es el cuarto negocio ilícito a nivel mundial y la segunda causa de pérdida de biodiversidad. En la Argentina, más de 135 especies silvestres son afectadas por esta problemática; al menos 20 de ellas están en peligro de extinción. La campaña #NoSoyMascota busca visibilizar el comercio ilegal de animales silvestres vivos vendidos como mascotas y, al mismo tiempo, resalta el riesgo de aparición y propagación de enfermedades a causa de esta actividad.
Es muy común el desconocimiento de gran parte de la sociedad respecto a la tenencia de
animales silvestres como mascota y la falta de dimensión respecto al impacto negativo de sus consecuencias, tanto para las especies, como para los ecosistemas de los que forman parte. Por este motivo, la campaña #NoSoyMascota propone, a través de una serie de piezas de comunicación, mensajes relativos al tráfico ilegal de los tres grandes grupos de especies más traficados: aves, tortugas y monos.
Qué hay que saber sobre la problemática
Pérdida de biodiversidad. El tráfico de vida silvestre es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo. Según la Brigada de Control Ambiental del Ministerio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el ranking de las especies más traficadas está integrado por la tortuga terrestre, el loro labrador, el tucán, el flamenco y las aves pequeñas. “También es creciente la cantidad de felinos y monos traficados, como el caí y el carayá negro y dorado. La extracción masiva de estos animales de la naturaleza provoca desequilibrios importantes en todo el ecosistema”, indica Laila López Gouland, Coordinadora del Comité Ejecutivo del Instituto Jane Goodall Argentina.
Riesgo de zoonosis. Al sacarlos de su ambiente natural, los animales silvestres pueden transportar y dispersar patógenos (virus, bacterias y hongos) en nuevos ambientes y poner en riesgo la salud humana. Esto se agrava por las condiciones extremas de deshidratación y hacinamiento en las que son transportados. “Se estima que el 75% de las nuevas enfermedades descubiertas en la última década son de origen zoonótico. La diseminación de este tipo de enfermedades, como el COVID_19 y la viruela del mono, se intensifica por el tráfico de animales silvestres, la destrucción de sus hábitats y el cambio climático. "Si conservamos a la fauna en sus ambientes naturales, podemos terminar con la posibilidad de ‘salto’ y evitar futuras pandemias”, explica Carina Righi, Coordinadora de Lucha contra el Tráfico de Vida Silvestre de WCS Argentina.
Números alarmantes. Se estima que de 10 animales capturados, solo 1 sobrevive. "Si bien existen centros de rescate especializados que brindan apoyo a las autoridades nacionales y provinciales, la cantidad de animales decomisados supera la capacidad para albergarlos con las condiciones de bienestar que requieren. Por eso, es fundamental trabajar con la comunidad en educación y sensibilización. De esta manera, las personas podrán evitar poner en riesgo su salud, la de los animales y la del ambiente en el que vivimos”, indica Paula Gonzalez Ciccia, Directora de Conservación y Educación de Fundación Temaikèn.
Por qué es importante hablar del tráfico de fauna
Para combatir este delito organizado es necesario reducir tanto la oferta como la demanda de
animales silvestres como mascotas. Las campañas de comunicación, difusión y educación como #NoSoyMascota impulsada en Argentina por Fundación Temaikèn, Instituto Jane Godall y WCS Argentina, y liderada a nivel global por la AZA-Wildlife Trafficking Alliance e International Fund for Animal Welfare (IFAW), son necesarias para involucrar a las personas.
Las principales recomendaciones que brinda la campaña son:
- Informarse antes de decidir: no comprar animales silvestres. Al pensar en comprar o adoptar una mascota, asegurarse de tener información sobre su origen y legalidad.
- Prestar atención a lo que se comparte en redes sociales: como usuarios, evitar promover involuntariamente actividades ilegales o dañinas.
- Actuar proactivamente: denunciar la venta ilegal de vida silvestre y ayudar a otras personas a comprender que ciertos animales no son mascotas.
A pesar de la gravedad del tráfico de fauna, en Argentina existen muchos vacíos de
información. Los datos sobre la problemática como áreas de mayor extracción, tránsito y
comercialización son insuficientes y requieren ser sistematizados. También es necesario
fortalecer Estrategias Nacionales que aborden la problemática; capacitar y formar fuerzas de
control, fiscalización y vigilancia; mejorar la coordinación nacional y transnacional para
combatir el tráfico de vida silvestre; y proponer mejoras y nuevas leyes para proteger la vida silvestre de este delito en el país.