Las imágenes de canguros, koalas y zarigüeyas quemados por los incendios en Australia, junto con las de personas que arriesgan sus vidas para salvar a los animales nativos, se han difundido por todo el mundo.

En este contexto, la semana pasada, el gobierno de Nueva Gales del Sur, autorizó que dos toneladas de tubérculos -como zanahorias y boniatos- sean lanzadas desde helicópteros para alimentar a los animales afectados por los incesantes incendios forestales.

“La provisión de comida suplementaria es una de las estrategias clave que estamos empleando para promover la supervivencia y recuperación de especies en peligro de extinción", señaló Matt Kean, secretario de Medio Ambiente del Estado de Nueva Gales del Sur.

Dentro de las especies más afectadas, se encuentra el ualabí de cola de cepillo de las rocas, un marsupial endémico del sureste de Australia. “Las valoraciones iniciales de los incendios indican que el hábitat de varias poblaciones importantes de ualabíes fue arrasado por los recientes incendios forestales”, explicó Kean.

Desde que comenzaron el pasado septiembre, los incendios en Australia han arrasado una superficie de más de 8 millones de hectáreas, equivalente al tamaño de Irlanda. El fuego ha dejado 26 muertos y se calcula que hasta mil millones de animales salvajes han fallecido.

Además, el secretario de Medio Ambiente agregó que los ualabíes suelen sobrevivir a los fuegos, pero el principal problema es que “se quedan abandonados y con poco alimento natural, ya que el fuego destruye la vegetación en su rocoso hábitat”.

El gobierno de Nueva Gales del Sur también está instalando cámaras para controlar más de cerca el consumo de la comida por parte de los animales.

El impacto de los incendios

“Es un desastre sin precedentes desde el punto de vista de la fauna”, dijo Chris Dickman, ecólogo de la Universidad de Sídney.

“Si los ecosistemas afectados están aislados puede que pasen muchos años antes de que algunas especies regresen. Hay muchos reptiles y mamíferos que no tienen mucha movilidad. Y puede que algunos no regresen nunca”, explicó Dickman.

“Con la aceleración del cambio climático, tendremos períodos de sequía más largos y los incendios serán más severos en el futuro”, concluyó el ecólogo, llamando al trabajo conjunto entre científicos y los gobiernos.

Fuentes

Agencia EFE