En Carolina del Norte, al sur de Estados Unidos, la situación es crítica. Luego de las agresivas lluvias de más de 1 metro causadas por el huracán Florence, las inundaciones están convirtiendo al estado en un lago de desechos tóxicos.
Cenizas de carbón, aguas residuales, y sobre todo heces de cerdo están colapsando las ciudades. ¿La razón? Carolina del Norte tiene la población de cerdos más densa del país, con 2.100 granjas que producen aproximadamente 151.500 toneladas de heces por día. La mayoría de estos desechos terminan almacenados en alguna de las 3.000 cuencas de tierra a cielo abierto, conocidas como "lagunas".
Antes de Florence, las granjas de cerdos habían estado tratando de bajar el nivel de esas lagunas rociando los desperdicios en los campos. Pero no fue suficiente, y ahora casi 30 lagunas se desbordaron y otras 55 se encuentran en peligro de desbordamiento.
"Básicamente se transformó en un caldo tóxico para las personas que viven cerca de esas lagunas", dijo Sacoby Wilson, profesor de salud pública de la Universidad de Maryland. "Las bacterias y parásitos que se encuentran en las lagunas de los cerdos, como la salmonela, la giardia y la escherichia coli, pueden ingresar a los cursos de agua e infectar a las personas".
Pero este no es el único problema. Estas lagunas contienen además grandes cantidades de nitrógeno y fósforo, utilizados como fertilizantes por los agricultores en los campos cercanos. En exceso, estos nutrientes contribuyen a la creación de "zonas muertas", es decir, áreas con niveles tan bajos de oxígeno que los animales no pueden sobrevivir. El nitrógeno también es el principal contaminante del agua potable en algunas partes de EE.UU, y se lo ha relacionado con diferentes tipos de cáncer y el "síndrome del bebé azul", una afección infantil que puede ser mortal.
Fuente: Vice
Carolina del Norte sufre huracanes e inundaciones todos los años. Aún así, el estado cuenta con un método de eliminación de desechos extremadamente vulnerable a los fenómenos meteorológicos de la región, y sus efectos están siendo catastróficos.
Como si fuera poco, la semana pasada se derramaron más de 19 mil toneladas de aguas residuales, cuando un generador falló en la planta de tratamiento de Wilmington. Pero las alarmas se encendieron cuando un vertedero de cenizas de carbón colapsó dos veces derramando suficiente ceniza como para llenar 150 camiones, y contaminando el agua pluvial con toxinas y por consecuencia un lago cercano. Estas cenizas contienen altas cantidades de mercurio y arsénico.
El Servicio Meteorológico Nacional ha reportado que ya se desbordaron 3 ríos de Carolina del Norte, y que las inundaciones continuarán.
Lamentablemente, el peor de los impactos ambientales podría estar por suceder. Actualmente los habitantes de Carolina del Norte están sufriendo intentando escapar a través de una mezcla de desechos animales y humanos. Cuando sea momento de regresar a sus casas, sus barrios se habrán transformado en un pantano de diferentes tipos de contaminantes químicos y microbianos, con consecuencias muy graves para su salud.
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