En muchas ciudades del mundo la mala planificación urbana y la gran demanda habitacional llevaron a que espacios como los parques y las zonas verdes, sean prácticamente inexistentes, y la gente pierda esa sensación de bienestar que sentía tiempo atrás cuando podían disfrutar de ellos.En la última década en Tokio, comenzaron a incorporarse jardines en las paredes y azoteas para contrarrestar los efectos de la falta de vegetación. Se han armado huertas urbanas en los techos de las estaciones del tren en Tokio. Cada parcela de tres metros de largo es alquilada por personas que frecuentan la estación, por lo que pueden ocuparse de sus cultivos mientras esperan el tren.Además de la porción de tierra, el servicio incluye herramientas, semillas, y también se ofrece mantenimiento y asesoramiento de expertos.Estas huertas ya son un furor, y existe una lista de clientes en espera. La idea de la compañía es extender el servicio a otras estaciones y barrios de Japón, para seguir promoviendo urbes más ecológicas.©East Japan Railway Company/DifusiónUno de los proyectos más curioso se fundó hace cuatro años, cuando la empresa de ferrocarriles locales East Japan Railway Company (en asociación con Ekipara) decidió instalar una huerta urbana en el techo de la estación Ebisu. Conocido como "Machinaka", este espacio tuvo tanto éxito que comenzó a replicarse y en la actualidad se distribuye en cinco estaciones de la red.Mientras los pasajeros de cinco estaciones de la Compañía Ferroviaria del Este de Japón (JR-EAST) están en los andenes, pueden subir al techo a ver los huertos y a hacer de su espera un momento más agradable e incluso pueden plantar. Pero no sólo los pasajeros pueden entrar a los huertos, porque están abiertos a cualquier persona, por lo que no es necesario que haya comprado un pasaje. ©East Japan Railway Company/DifusiónÉsta estación se escogió porque tiene un techo con 161 m{2}, es decir, el más grande de las cinco estaciones en donde se construyeron huertos y que además es parte de un jardín del mismo nombre que está en los alrededores.Pero esta opción de arriendo asegura que de todas formas toda la gente podrá entrar a los lugares a plantar y descansar.Además de la revalorización del espacio y de la producción orgánica en las huertas, el proyecto puede servir para fomentar la interacción comunitaria y para que otras personas aprendan el proceso de cultivo y cuidado de los vegetales.©East Japan Railway Company/DifusiónOtro caso es en la ciudad estadounidense de Nueva York, que se hizo eco de esta tendencia a través de ARTFarm, un espacio público recuperado que hoy funciona como centro de arte y huerta. Además de ser un lugar de encuentro e intercambio, permite cultivar vegetales y fomentar la producción orgánica y local.Fuente:http://adn.tudiscovery.com/http://www.plataformaurbana.cl/http://twenergy.com/