Los osos polares son una de las especies animales que mejor ejemplifican cuánto se ha salido de control el cambio climático, pues al vivir en el Ártico, una de las regiones del mundo más afectadas por el deshielo, han visto como su estilo de vida ha cambiado por completo y ahora los expertos creen que la falta de alimento podría ser su final.
La combinación de la destrucción de su hábitat por el deshielo y la falta de alimentos puede poner en peligro de muerte a muchos osos polares en el mediano plazo, según estimaciones de los expertos.
Los osos polares (Ursus maritimus) se alimentan principalmente de focas barbudas y anilladas, pero un estudio realizado durante los años 2014, 2015 y 2016 demuestra que los osos no están alcanzando el consumo energético que necesitan para sobrevivir el invierno sin dificultades.
Los expertos creían que por su capacidad para acumular grasa durante meses eran animales con un metabolismo bajo, pero un estudio demuestra lo contrario y esto puede acelerar su desaparición.
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La temporada de caza de los osos polares empieza en abril y se extiende hasta otoño, cuando las temperaturas descienden aún más y las aguas que habitan las focas se congelan por completo. Esto hace necesario que los osos pasen los meses anteriores comiendo tanto como les sea posible, porque es muy probable que pasen el invierno en ayunas y sobrevivirán solo con la grasa acumulada en la temporada de caza.
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Debido a este mecanismo, los científicos creyeron por décadas que los osos polares tienen un metabolismo de bajo consumo, pero la realidad es otra. Según la investigación de la Universidad de California Santa Cruz, en Estados Unidos, los osos polares necesitan más de 8 mil kilocalorías para simplemente sobrevivir un solo día, y esto es sin contar el consumo energético de la digestión, reproducción, crecimiento y movimiento.
Si en cambio tienen un día activo en el que cazan y se mueve, las necesidades suben a más de 12 mil kilocalorías por día. Para cubrir su demanda energética necesitan comer una foca adulta cada 10 o 12 días. En su defecto, necesitarán 3 jóvenes o 19 crías en el mismo periodo de tiempo. El estudio demuestra que los osos son incapaces de cumplir esta cuota y esto en conjunto con el cambio climático predice que los números de los osos polares seguirán descendiendo.
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Según los expertos, el cambio climático está causando que el deshielo comience antes de lo que debería y el hielo aparezca más tarde. Esta modificación interfiere con la cacería de los osos polares y podría llevar a su desaparición.
Un ejemplo más de las consecuencias del cambio climático y el efecto destructivo que está teniendo en todo el mundo. A menos que hagamos algo drástico al respecto y reduzcamos significativamente las emisiones dañinas, el oso polar podría ser otra de las especies que perece a causa de la destrucción humana.