En ésta fotografía, el Ingeniero Agrónomo Fernando Funes posa en la Finca Marta, a 20 kilómetros de La Habana, en Cuba. Allí cultiva más de 60 especies en la granja autoecológica y sustentable que mantiene junto a su esposa.
Su tierra es de las más productivas del mundo y sus empleados son de los que mejores salarios cobran. Pero estas tierras, cuatro años atrás, no tenían para nada la apariencia que tiene hoy.
Lo que ahora es la granja era un lomerío de tierra compacta, llena de piedras, tupida de marabú y sin agua. Había que ser muy ignorante o estar extremadamente loco para pensar que allí podría funcionar un proyecto de agricultura ecológica y autosustentable.
Al contrario de lo que cualquiera podría pensar, no fueron sus conocimientos de agronomía los que le permitieron transformar de tal modo las tierras: la clave de su éxito fue justamente dejar la teoría de lado y emprender lo que parecía una locura.
Para dar vida a este proyecto, Fernando dejó la agricultura teórica, que ejercía desde que se doctoró en Holanda, y su esposa renunció a su trabajo en la cadena hotelera Meliá. Ambos se sintieron saltando al vacío, pero cayeron de pie.
El comienzo fue difícil: tardaron 7 meses en abrir su pozo de agua rompiendo la roca a mano, armados tan solo de una barreta. Sin embargo, con el esfuerzo llegaron los resultados. Lo primero que comercializaron fueron los mangos, que pudieron cosechar abriéndose paso entre el marabú con sus propias manos.
La agricultura en Cuba siempre fue complicada. Muchos esclavos murieron a costa de los intentos inútiles de los colonizadores de hacer que las tierras produjeran más de lo que podían. También la naturaleza fue devastada por no ser tratada de forma correcta.
"La teoría te lleva a entender el mundo en pedazos. En cambio, la práctica es multidimensional, multidireccional, compleja. Una de las motivaciones para desarrollar este proyecto es poder entender la agricultura desde dentro, desde sus propias contradicciones, desde sus propios retos" , cuenta Funes en una entrevista.
Ahora, busca difundir su trabajo para que muchos puedan animarse, en todo el mundo, a emprender proyectos agroecológicos tan milagrosos como el suyo.