Proyecto

El Plan de Conservación de Mantiqueira tiene como objetivo restaurar 1,5 millones de hectáreas de la Mata Atlántica y forma parte de un programa de reforestación más amplio apoyado por la Iniciativa Internacional para la Protección del Clima (IKI, por sus siglas en alemán) en todo Brasil.

Objetivo del proyecto

La IKI proporciona datos y directrices para la reforestación con el fin de ayudar a responsables políticos, empresas, propietarios de tierras, a las ONG y a las comunidades de Brasil a desarrollar políticas eficaces.

Reúne a las partes interesadas y desarrolla nuevos mecanismos de financiación. El proyecto pretende impulsar la restauración forestal a gran escala en Brasil. El gobierno brasileño deberá restaurar 12 millones de hectáreas de paisajes forestales de aquí a 2030, como parte de su contribución nacional a la protección climática.

Financiación

El Ministerio de Medioambiente alemán aporta 3.344.732,00 euros para la restauración de paisajes y bosques en Brasil. Esta cantidad se utiliza principalmente para la creación de redes, el intercambio de información, la sensibilización y los estudios y publicaciones de proyectos de reforestación. La reforestación en el marco del plan Mantiqueira se financia mediante la venta de certificados de CO2, donaciones y asociaciones.

Organizaciones asociadas

Ministerio de Medioambiente de Brasil, Corporación Brasileña de Investigación Agrícola, Banco de Desarrollo de Brasil, Instituto Internacional para la Sostenibilidad y el Pacto de Restauración del Bosque Atlántico, y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

Duración del proyecto

El proyecto de la IKI ha tenido una duración de julio de 2017 a diciembre de 2020, mientras que el plan de Conservación de Mantiqueira continúa.

La Mata Atlántica se extiende a lo largo de la costa brasileña hasta Paraguay y Argentina. Se trata de uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta, pero solo queda un 20 por ciento de la selva tropical. El resto ha sido talado, en gran parte para dar paso a la agricultura.

La selva es vital no solo por su fauna y flora, sino también por el suministro de agua y energía a millones de brasileños, sobre todo, a quienes viven en las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, y alrededores.

Las hermanas Ana Paula y Flávia Balderi conocen bien el problema. Hace 20 años, siendo adolescentes, fundaron la organización medioambiental Copaíba. Con el nombre de una resina oleosa derivada del tronco de varios árboles autóctonos de Sudamérica, Copaíba ha intentado ayudar a restaurar la selva plantando árboles.

La deforestación es uno de los factores que incrementa la huella ecológica. Los bosques son el oxígeno del planeta.

Las hermanas colaboran ahora con el Plan de Conservación de Mantiqueira, un gran programa de reforestación destinado a proteger la Mata Atlántica y sus fuentes de agua. En el marco de este plan, se anima a los agricultores y a las empresas a plantar árboles en sus tierras o a comprar certificados de CO2.

Más de 400 comunidades, empresas locales, universidades y ONGs forman parte del plan, que cuenta con el apoyo de la Iniciativa Internacional para la Protección del Clima (IKI) de Alemania.