El trabajo remoto, también llamado teletrabajo, es una modalidad que viene implementándose hace ya un tiempo. Pero fue desde que comenzó la pandemia del COVID-19 que se ha elegido como una alternativa para prevenir los contagios. Incluso, debido al confinamiento, muchos países debieron optar por el trabajo remoto al 100%.
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Como consecuencia de no poder ir presencialmente a las oficinas, bajaron drásticamente los movimientos en coches y otros transportes. Por ende, también lo han hecho las emisiones de CO2. Fue así como se han hecho numerosos estudios para conocer cuáles eran los pros y contras de esta modalidad en relación al planeta.
4 motivos por los que el teletrabajo es bueno para el ambiente
Aunque aún los especialistas continúan estudiándolos, han destacado diversos aspectos positivos del teletrabajo en materia de calentamiento global y contaminación ambiental. Lo cierto es que, según exponen algunos de los estudios realizados, el trabajo remoto puede ayudar a contrarrestarlos. Te contamos algunos de estos beneficios a continuación:
1. Menor cantidad de emisiones de CO2
Según un informe elaborado por Carbon Trust, el teletrabajo contribuye a la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Este estudio, que se basa en la información recolectada en 6 países, ha analizado la implementación del teletrabajo antes, durante y después de la pandemia del COVID-19.
Se concluyó que tan sólo 3,6 días de esta modalidad ahorran 890 kg de CO2 por cada persona que la implemente.
Asimismo, la reducción considerable del uso de automóviles y otros transportes representa una disminución en las emisiones de CO2. Esto ayuda a la desaceleración del cambio climático.
2. Puede contribuir al ahorro de energía
Decenas de bombillas, el aire acondicionado, los ordenadores, los módems para el uso de Internet, entre otros artefactos, representan un gran consumo energético.
Y aunque en casa también se utilicen algunos de estos aparatos, como los ordenadores o portátiles, hay otros que probablemente no usarás: fotocopiadoras o impresoras son algunos ejemplos. No obstante, aquí es donde radica la importancia del uso responsable individual de la energía.
3. Menor uso de papel
La transición hacia lo digital evita el uso de papel y la impresión innecesaria de documentos. Esto va de la mano con el ahorro de energía y el uso responsable de nuestros recursos naturales.
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4. Reducción del uso de plástico al comer en casa
Trabajar remoto permite disponer de más tiempo para preparar el almuerzo, la merienda y hasta tu propio café. Esto significa menos vasos desechables, productos envasados y comida rápida que, generalmente, viene envuelta en plástico y otros materiales difíciles de reciclar.