En su reciente análisis de la actividad en la planta de gas natural licuado de Portovaya, en construcción, la empresa de investigación energética noruega Rystad Energy indicó que Rusia estaba quemando gas que normalmente se habría suministrado a Europa.
La quema de gas es, en general, una práctica común en campos petroleros y plantas de procesamiento. Las empresas recurren a ella cuando no tienen la infraestructura adecuada o faltan incentivos financieros para ofrecer ese gas en el mercado. O cuando es necesario hacerlo por razones de seguridad, para controlar los cambios de presión durante la extracción de crudo.
Grandes volúmenes de gas se queman cada año.
Según el Banco Mundial, en 2021, ardieron aproximadamente 144 mil millones de metros cúbicos en diversos lugares del mundo, lo suficiente para cubrir cerca de dos tercios de la generación de electricidad en la Unión Europea (UE).
¿Cómo afecta esto al medioambiente?
Desde el punto de vista ambiental, se considera mejor quemar el gas que lanzarlo directamente a la atmósfera.
"Cuando hay excedentes de gas en una red, hay que liberarlo y, por supuesto, para el clima es mejor quemarlo porque el efecto de invernadero es menor que si se libera el gas natural, ya que es CH4 (metano)", explica Stefan Lechtenböhmer, profesor del Instituto Wuppertal, un centro alemán de estudios medioambientales y de energía.
Comparado con el CO2 emitido por la quema de gas, el metano tiene un impacto aproximadamente 80 veces mayor para el calentamiento global, en un lapso de 20 años.
A pesar de ello, la quema de gas sigue considerándose improductiva desde el punto de vista económico y un problema climático crítico.
El gas desperdiciado en la combustión en antorcha, el venteo y las fugas de metano de las operaciones de petróleo y gas fue causante de cerca de 2.700 millones de toneladas de CO2 en 2021.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), si eso se evitara, el efecto sobre el calentamiento global sería similar, hasta 2050, al de una inmediata eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los automóviles, camiones y autobuses del mundo.
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Potencial impacto de la quema en Rusia
Zongqiang Luo, analista de Rystad Energy, considera que la cantidad de gas incinerada en Rusia es muy preocupante. "Un procedimiento corriente no implicaría la quema de esa cantidad", dice.
Aunque es difícil calcular con exactitud el volumen de gas que se pierde en Portovaya por combustión, Rystad estima que es de unos 4,34 millones de metros cúbicos al día. Esto equivale a 1.600 millones de metros cúbicos anuales, alrededor del 0,5 por ciento de las necesidades anuales de gas de la UE.
"Es un crimen ambiental de grandes proporciones: se prolonga durante meses y, como nos estamos enterando ahora, es muy visible", dijo R. Andreas Kraemer, fundador del Instituto Ecológico, una organización de investigación sin fines de lucro con sede en Berlín.
Basándose en el análisis de Rystad, el Banco Mundial estimó que la combustión diaria en la planta de gas natural licuado de Portovaya equivale a alrededor del 6 por ciento de la combustión diaria estimada para Rusia en 2021.
Por volumen, el país quema más gas que ningún otro a nivel mundial, encabezando una lista que incluye a Irak, Irán, Estados Unidos y Venezuela.