La conferencia climática que tuvo lugar en Madrid finalmente alcanzó este domingo (15.12.2019), y tras sucesivas postergaciones que retrasaron el cierre del encuentro más de 40 horas, un acuerdo para endurecer sus objetivos de protección climática, como exigían varios países. Sin embargo, decisiones como la regulación de los mercados de carbono, el llamado Artículo 6, fueron postergadas para la COP26, que tendrá lugar en 2020 Glasgow (Escocia).
De esta forma, los casi 200 países reunidos en la capital española, hasta donde se trasladó la cumbre que originalmente iba a realizarse en Santiago de Chile, lograron cerrar un documento que muchos llamaron "de mínimos" para aumentar la ambición climática a partir de 2020 y cumplir con el Acuerdo de París, que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.
Grupos ecologistas y representantes de diversos países esperaban un lenguaje más explícito sobre la importancia de disminuir las emisiones de gases. Sin embargo, el documento final es más bien vago en sus objetivos. "Estas conversaciones reflejan cuán desconectados están los líderes con la urgencia que exige la ciencia y las demandas de sus ciudadanos en las calles", dijo Helen Mountford, vicepresidenta para el Clima y la Economía del Instituto de Recursos Mundiales.
La joven Greta Thunberg, "personalidad del año" de la revista Time, en tanto, tuiteó que "parece que la COP25 en Madrid se va al traste. La ciencia es categórica, pero es ignorada. Pase lo que pase no abandonaremos. Esto es solo el principio".
Dudas de Brasil
El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar”, fue aprobado por la presidenta de la COP25, la chilena Carolina Schmidt, tras un tenso debate con Brasil, que no aceptaba inicialmente dos párrafos incluidos en el acuerdo sobre océanos y uso de tierras. El documento final establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones para hacer frente a la emergencia climática.
El texto establece que el conocimiento científico será “el eje principal” que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición, que debe actualizarse permanentemente de acuerdo a los avances de la ciencia. Asimismo, el acuerdo recoge “el imperativo” de que la transición hacia un mundo sin emisiones sea justa e impulse la creación de empleo decente.
Fuente: DW