A pocas horas del cierre de la COP16, las negociaciones se encuentran en una situación crítica. Pese a que los representantes de casi 200 países se han reunido con la intención de definir acuerdos sólidos en torno a la biodiversidad, varios temas clave —incluyendo financiamiento, participación indígena y recursos genéticos— siguen estancados.
Financiamiento y participación indígena: prioridades que aún buscan solución
Uno de los aspectos que más ha generado debate es el financiamiento directo para proyectos de biodiversidad gestionados por comunidades locales e indígenas. La propuesta de Colombia para implementar un sistema de canje de deuda por naturaleza, que permitiría a los países en desarrollo reducir su deuda externa mediante compromisos de conservación, fue eliminada de los textos de discusión, al igual que la inclusión de financiamiento directo. Esta decisión generó descontento en los representantes de los pueblos indígenas, quienes ven cómo los recursos no logran fluir de manera efectiva hacia sus comunidades.
A pesar de la urgencia de implementar acciones concretas, los compromisos en torno a los Planes de Acción y Estrategias de Biodiversidad Nacionales (NBSAP) se mantienen por debajo de las expectativas. A día de hoy, solo 40 países han presentado sus planes, de los cuales apenas seis lo hicieron durante la cumbre. Este estancamiento revela la brecha entre los objetivos de la COP y la voluntad de acción de los gobiernos, dejando en suspenso la implementación de políticas concretas para proteger la biodiversidad en cada nación.
Protección de áreas marinas en alta mar: un avance en medio de los desacuerdos
Aunque los temas de financiamiento y recursos genéticos han monopolizado las discusiones, se logró un avance importante en la protección de las áreas marinas. Los delegados aprobaron un acuerdo que establece pautas para identificar las Áreas Marinas de Importancia Ecológica o Biológica (EBSA), ubicadas en aguas internacionales y, por lo tanto, fuera de la jurisdicción de cualquier país. Este logro permitirá avanzar en la conservación de ecosistemas marinos clave, reforzando el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal y el Tratado de Alta Mar.
La presidenta de la COP16, Susana Muhamad, destacó el acuerdo como una muestra de cooperación internacional: “Este acuerdo representa un gran paso en la protección de nuestros océanos, esenciales para el equilibrio climático global”. La creación del Grupo Asesor Internacional EBSA será crucial para establecer directrices científicas que garanticen la transparencia en la identificación de estas áreas. Además, el acuerdo promueve la inclusión de pueblos indígenas, mujeres y jóvenes en el proceso de toma de decisiones, y en los talleres científicos y técnicos liderados por países como Alemania y Noruega, lo cual permite integrar conocimientos tradicionales en el esfuerzo de protección global.
Convergencia entre biodiversidad y cambio climático: una prioridad que avanza lentamente
La necesidad de integrar las agendas de cambio climático y biodiversidad ha sido uno de los temas recurrentes durante la cumbre. Manuel Pulgar Vidal, exministro de Ambiente de Perú, recordó que estas agendas se desarrollaron de forma separada desde la Cumbre de Río en 1992, y resaltó la importancia de coordinar ambas en la actualidad. Según Pulgar, mantener las agendas fragmentadas representa un reto para regiones como América Latina, donde los recursos financieros son limitados y la ejecución de tres agendas distintas —cambio climático, biodiversidad y desertificación— se torna cada vez más difícil.
Por otro lado, Paula Caballero, directora para América Latina de TNC, sostiene que estas agendas deben converger, ya que los beneficios en biodiversidad y clima son interdependientes. Según Caballero, abordar estas problemáticas desde una visión conjunta y sin compartimientos es esencial para lograr impactos efectivos a largo plazo. Este enfoque holístico permitiría maximizar los recursos y coordinar esfuerzos entre naciones, un paso que considera esencial para enfrentar los desafíos ecológicos globales.
Una COP16 con retos de consenso e inclusión
La COP16 finaliza con varios temas sin resolver y evidencia la dificultad de alcanzar consensos que integren las necesidades de todas las naciones y comunidades. La falta de acuerdo en el financiamiento directo y en los recursos genéticos, sumado al escaso avance en los planes de biodiversidad, sugiere que los objetivos de conservación global aún están en riesgo. Susana Muhamad, presidenta de la COP, enfrenta el desafío de lograr consensos en una cumbre marcada por posturas inflexibles y divisiones entre los representantes.
Sin embargo, el avance en la protección de áreas marinas en alta mar destaca la posibilidad de progreso en temas complejos cuando existe voluntad de cooperación internacional. La cumbre en Cali ha mostrado que, si bien queda mucho por hacer, es posible construir alianzas que permitan proteger los ecosistemas más vulnerables del planeta y fomentar una gobernanza global que responda a las demandas de un mundo en crisis ambiental.
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