Ya sea por ideología o por necesidad, la cantidad de construcciones naturales aumenta año a año. Y es que es una excelente alternativa, tanto para los que quieren cuidar al planeta como para que necesitan cuidar el bolsillo.
Si bien existen varios tipos de construcciones naturales, todas hacen énfasis en la sustentabilidad antes, durante y después del proceso de edificación. Esto se logra con un enfoque en la durabilidad en el tiempo de la misma y la elección de los materiales.
Elegir los materiales es un proceso crucial, ya que determina la estructura. Deben ser abundantes en el lugar de emplazamiento del edificio, poco procesados, reciclados o renovables. Entre más puntos de estos cumpla el material a utilizar, mejor será.
La diferencia en los costos de estas construcciones está dada, por una lado, porque los insumos casi no son trasladados y, por el otro, porque la mano de obra es uno mismo. Prácticamente no se utiliza maquinaria pesada. Gracias a esto, son completamente personalizables, reduciendo nuestra huella de carbono sin sacrificar confort ni salud.
Otra característica importante de estas construcciones es que, a la hora de diseñarlas, se tiene en cuenta el sitio de emplazamiento, el clima, los materiales disponibles, las necesidades y los gustos de las personas que lo van a habitar.
Según todos estos factores, se decide la orientación del edificio, de forma que permita una ventilación, refrigeración y calefacción natural por el mismo diseño de la estructura, sin utilizar energía o maquinaria. Esto baja los costos en el momento de la construcción y en el futuro: ¿te imaginas vivir sin una cuenta de electricidad o gas?
Hay quienes llevan esta idea al extremo y hacen un hogar completamente fuera de la red u “off grid”. Es decir, que uno no está conectado a red de agua, electricidad, gas o cloaca y todo se obtiene y trata en el mismo sitio.
Esto se utiliza mucho en permacultura, donde la independencia del hogar del resto del entorno para cubrir las necesidades básicas de los habitantes es fundamental. Generalmente se logra obteniendo energía eléctrica de fuentes alternativas, como solar o eólica; capturando agua de lluvia o de un río para utilizar en la casa y realizando el tratamiento de residuos cloacales y basura en el sitio.
Hacer un modelo de construcción natural es difícil, ya que cambia según el terreno, clima y personas que viven en ella, pero podemos imaginarlas como hogares sustentables, cómodos y sanos.