El jengibre es una raíz tradicionalmente cultivada en Oriente, y extendida hoy a todo el mundo. Por sus propiedades naturales, es una de las hierbas aromáticas y especias que también son medicinales. Es utilizada para aliviar malestares respiratorios, dolores menstruales, musculares y articulatorios, y para tratar quemaduras, entre muchas otras aplicaciones curativas.
También es muy utilizado en gastronomía como un ingrediente particular que brinda a las preparaciones un sabor alimonado muy característico.
Además, el jengibre es uno de los vegetales y hierbas que puedes plantar una vez y volverán a crecer siempre, y tiene la ventaja de ser muy fácil de cultivar, por lo tanto no necesitarás ningún conocimiento particular para tener en tu hogar, y siempre a mano, todas sus propiedades.
Esta raíz también crece muy fácilmente y no requiere muchos cuidados ni espacio. Incluso, aunque puede ser plantada tanto en exterior como interior, es ideal para mantener dentro del hogar ya que requiere de sombra parcial. Por eso, ya no tienes ninguna excusa para comenzar a cultivar jengibre tú mismo.
Comienza ahora con estos simples pasos.
¿Cómo cultivar jengibre en pocos pasos?
1. La multiplicación de la planta de jengibre se realiza principalmente por rizoma. Por eso, antes de comenzar elige una raíz óptima que no esté ni arrugada ni blanda ni vieja; mejor aun si está un poco verde y tiene algunos brotes. Es muy importante comprar el jengibre preferiblemente en un lugar donde se vendan productos orgánicos.
Si la raíz tiene varios brotes verdes, puedes también colocarlos en diferentes recipientes para obtener varias plantas.
2. Una vez que hayas elegido la raíz, déjala remojando en agua tibia durante una noche.
3. En una maceta amplia (ten en cuenta que sus raíces crecen de forma horizontal) y no necesariamente muy profunda, cubre la base con piedras para facilitar el drenaje, y agrega una parte de abono y tres partes de tierra ecológica, que debe ser esponjosa y bien aireada para drenar bien el agua.
4. Coloca la raíz sobre la tierra, con los brotes hacia arriba.
5. Cubre los brotes con 5 cm de tierra y riega muy bien (no en exceso).
6. Para terminar, coloca tu maceta en un área cálida y con poco sol; por ejemplo, cerca de una ventana. Procura mantener siempre la tierra húmeda e incrementar el riego cuando aparezcan los brotes.
En algunas semanas aparecerán los primeros brotes, y luego de 3 ó 4 meses aproximadamente observarás pequeños trozos de jengibre que pueden ser cosechados sin impedir el desarrollo de la planta.
Para eso, separa un poco la tierra hasta encontrar los rizomas. Corta la cantidad que necesites y vuelve a cubrir con tierra para que siga creciendo. ¡Disfruta de tu propio jengibre!