Existen muchas maneras de calefaccionar los espacios, y en particular las viviendas. Las más difundidas posiblemente sean las estufas eléctricas y los calefactores a gas, que tienen ambos el inconveniente de generar un gasto energético muy elevado sobre un recurso escaso.
Pero también hay otras alternativas, especialmente para las casas (es más complicado instalarlas en un edificio), como las estufas rocket (aquí puedes aprender a construirlas) y otros sistemas de calefaccionamiento ecológico que aprovechan todo, incluso el calor y el fío de la tierra, para calefaccionar sin ningún gasto. Estos últimos son ideales, pero no es posible aplicarlos siempre.
Los sistemas de calefacción que no son a gas ni tampoco requieren electricidad suelen ser, sin embargo, los que se alimentan a leña. Y el problema con ellos es que tampoco terminan de ser 100% ecológicos, porque es necesario quemar madera que no siempre fue reforestada ni obtenida con los métodos más sustentables.
Además, todos estos métodos de calefacción, incluso las estufas u hogares a leña, producen contaminación en el ambiente.
Por eso, los pellets, que son más ecológicos que la leña y que no producen contaminación en el ambiente, pueden ser una de las alternativas más verdes en materia de climatización de las viviendas. Pero... ¿qué son?
¿Qué son los pellets?
Los pellets son un combustible ecológico y económico que se fabrica aglomerando restos de serrín y que tiene, por lo general, la forma de pequeños cilindros de 2 ó 3 centímetros. Se fabrican a partir de residuos vegetales y pueden conseguirse con un certificado que garantiza que son completamente renovables.
Por lo general se los utiliza para alimentar estufas diseñadas especialmente para ellos, llamadas estufas de pellets o estufas de biomasa, y permiten calefaccionar ahorrando y sin contaminar.
Las ventajas de los pellets con respecto a otros combustibles son muchas: son fáciles de almacenar y transportar; mantienen la temperatura constante; tienen baja emisión de CO2 y ayudan a reducir la emisión de gases invernadero y la lluvia ácida; son más económicos que los combustibles fósiles (ahorrarás de entre un 30 y un 50% frente a otros sistemas de calefacción); no producen olores; no hay riesgo de explosión; y son inocuos para tu salud.
Además, su producción puede hacerse a partir de residuos vegetales que se obtienen de los bosques "limpiándolos", y así se evitan los incendios forestales.
El principal inconveniente de la calefacción con pellets es que los hogares o estufas diseñados para funcionar con ellos, así como las de leña, necesitan salida directa al exterior; por eso solo pueden instalarse en casas unifamiliares, no en departamentos. La alternativa sería la calefacción central de los edificios directamente diseñada a base de biomasa.
Otros inconvenientes que debes resolver si quieres comenzar a calefaccionar tu casa con una estufa alimentada por pellets es que, aunque son livianos, ocupan más espacio que la leña; y que generan muchas ceniza y hollín, que hay que limpiar con regularidad. También, se requiere una ventilación excelente porque su combustión necesita mayor cantidad de aire que otros métodos.
Esto último implica que las estufas que vayas a alimentar con pellets deben estar diseñadas para eso, no puedes utilizarlos en un hogar a leña o estufa rocket sin acondicionarla antes.
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