Muchas veces cometemos el error de creer que el problema con la basura es simplemente estético. Que cuando alguien nos dice “no arrojes basura en la calle”, lo hace simplemente porque queda feo.

Pero el problema de la basura en la calle va mucho más allá de la simple estética. Arrojar residuos en cualquier lado trae graves consecuencias.

De acuerdo al Ministerio de Ambiente y Espacio Público del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los miles de kilos de basura que se arrojan en la calle año tras año son en gran medida los responsables de las inundaciones que se producen en la ciudad. Además de generar altas tasas de contaminación.

La basura y las inundaciones

En la ciudad de Buenos Aires hay aproximadamente unos 30.000 sumideros que forman parte de la red pluvial, un complejo sistema de infraestructura desarrollado para lograr que el agua de lluvia escurra hacia los conductos subterráneos y evitar que inunde las calles y las avenidas porteñas.

Sin embargo, cuando esto ocurre, el agua arrastra la basura que está en la vía pública y es así como los desechos terminan obstruyendo los sumideros y los conductos.

Esto aumenta el riesgo de sufrir inundaciones en la ciudad: una mayor cantidad de basura en las calles se traduce en un mayor riesgo de anegamientos.

Por eso se insiste tanto en que los vecinos no saquen la basura los días de lluvia.

Las principales causas de la obstrucción de la red pluvial son:

Así, los porteños que tiran sus residuos en la calle, además de ensuciar la ciudad, también contaminan el Río de la Plata y el Riachuelo, que son el destino final del agua de lluvia que es recolectada por la red pluvial durante las tormentas.

Los porteros de los edificios que baldean las veredas sin antes haber juntado la basura también generan complicaciones, ya que los residuos son arrastrados hasta las cunetas de las calles y después son absorbidos por los sumideros. La situación empeora cuando el personal de la Dirección General de Pluviales no puede realizar la desobstrucción de los sumideros debido a que varios vecinos estacionan sus autos delante de ellos.

Pero el mayor inconveniente se puede ver durante las tormentas y las alertas meteorológicas, cuando es indispensable que la red pluvial se encuentre en su óptimo funcionamiento. Si los sumideros y los conductos de la red están obstruidos con basura, el agua de las lluvias no puede escurrir y se acumula en las calles de la ciudad.

Contaminación y residuos

La Ciudad de Buenos Aires está atravesada por seis arroyos y por 11 cuencas diferentes. Gracias a los más de 800 kilómetros de conductos subterráneos que se extienden por debajo de Buenos Aires, todo este caudal es encauzado hasta el Río de la Plata y el Riachuelo.

Pero la basura es un problema común. Por ejemplo, en la cuenca del arroyo Maldonado, la Dirección General del Sistema Pluvial del gobierno porteño recoleta más de 44.000 kilos de basura por año; en la cuenca del arroyo Cildañez y del colector Larrazabal-Escalada esa cifra es de 68.000 kilos cada mes.

Los residuos más comunes son las botellitas y las bolsas plásticas. En el caso de estas últimas, a partir de enero de 2018 la Ciudad implementó la Resolución 29/18 que prohíbe la entrega gratuita de bolsas plásticas de menos de 50 micrones en los supermercados y autoservicios de la Ciudad.

Sin embargo, la voluntad personal de cada uno es indispensable para reducir realmente el plástico de nuestras ciudades.

Tomar conciencia

Por todo esto, es fundamental comprender que arrojar basura a la calle no solo ensucia la ciudad: también la arruina, contamina sus fuentes de agua, y genera graves problemas.

Es tan sencillo como generar menos basura y, la que se genera, desecharla en cestos o en casa.

¿Crees que es posible generar conciencia y tener ciudades más limpias y menos contaminadas?