Los bienes y servicios ambientales, también llamados servicios del ecosistema o servicios ecosistémicos, son productos, recursos o procesos de los ecosistemas naturales que benefician a los seres humanos.
Se denomina bienes ambientales a aquellos productos de la naturaleza que aprovechamos directamente para el uso o consumo. Los servicios ambientales son, en cambio, funciones de la naturaleza que proporcionan beneficios a las personas y comunidades.
¿Qué son los bienes y servicios ambientales?
Se trata básicamente aquellos recursos que nos proporciona el ecosistema y que necesitamos para vivir y producir. Por esta razón, el calentamiento global es uno de los factores que más los perjudica ya que dañan y destruyen los ecosistemas que los producen.
Los bienes ambientales son aquellos productos de la naturaleza que son directamente aprovechables para el uso o el consumo. Son recursos tangibles que se utilizan en los procesos productivos y que se transforman o se gastan en él. Ejemplos de esto pueden ser el agua, las plantas medicinales, la madera, las semillas forestales, los espacios de explotación pesquera.
Por otro lado, los servicios ambientales son las funciones de los ecosistemas que no se agotan en el proceso productivo y que tienen que ver con los procesos que se realizan en el ambiente que mejoran nuestra calidad de vida.
En general, los bienes y servicios ambientales son bienes sociales o también llamados bienes públicos. Se trata de bienes que provienen del ecosistema y cuyo beneficio no es exclusivo, además de que su consumo no es rival.
¿Pero, por qué cuando hablamos de los ecosistemas y el medio ambiente lo hacemos en términos de bienes y servicios?
Porque estamos hablando de ellos en términos económicos. Esta idea deriva de los principios de la economía ambiental que propone tener en cuenta también pensar en términos de costo y beneficio el uso de los bienes y servicios ambientales.
Cuando se piensa la producción tradicional, siempre se calcula en términos de costo y beneficio en términos monetarios, pero generalmente no se tiene en cuenta otros aspectos como la huella ecológica que eso genera, que también es un costo. Y uno mucho más caro, hablando en términos a largo plazo.
Pensar en los términos de la economía ambiental implica tener en cuenta esos aspectos y con ello empezar a cuantificar no sólo los costos ambientales sino cómo éstos pueden ser recuperados o compensados.
Entonces detrás de este concepto subyace la idea que el valor de las cosas no debe medirse únicamente en términos transaccionales y monetarios. Y si así lo hacemos, tener en cuenta lo que generalmente es pensado como una externalidad es fundamental.
Demuestra que la naturaleza no sólo tiene valor en términos de belleza paisajística, sino que de la estabilidad de los ecosistemas depende la propia vida. Si los ecosistemas se degradan, también lo hacen sus servicios.
En este sentido, si buscas por ejemplo ''bienes y servicios ambientales pdf'', encontrarás diferentes documentos que explican las complejidades de medir estos impactos.
Dependiendo de bienes ambientales y servicios ambientales que se estén evaluando se utilizará un enfoque que analice en términos valor de uso directo, indirecto y también valor de no uso.
El valor de uso directo tiene que ver con el consumo o interacción directo en el mercado. Son aquellos recursos naturales que se comercializan en el mercado, como las plantas, la madera, los animales.
En cambio, el valor de uso indirecto no forma parte del mercado y refiere al valor que deriva de las funciones reguladoras de los ecosistemas que indirectamente sostienen las actividades.
SIn embargo en algunos casos no se puede pensar en esos términos, esto sucede con áreas únicas en el mundo a las que por ejemplo, se decide conservar sin tener en cuenta el costo de ello. O con la protección de diversidad, de especies en extinción. En este sentido, se mide el valor de no uso, en pos de preservarlo para la posteridad.
Tipos de bienes y servicios ambientales
Como explicamos más arriba, también se los llama servicios ecosistémicos. Éstos son beneficios, en términos de bienes, servicios y valores que el mundo natural proporciona a los seres humanos. Según la Evaluación de Ecosistemas del Milenio se clasifican en cuatro grupos de acuerdo a su función.
Los servicios de apoyo son aquellos beneficios que proporcionan los ecosistemas que son necesarios para que existan todos los demás. Algunos de ellos son la formación del suelo, la fotosíntesis, la producción primaria, el ciclo de nutrientes y el ciclo del agua.
Por otra parte, los servicios de abastecimiento son aquellos productos que se obtienen de los ecosistemas -asimilables a los bienes ambientales- tales como el agua, las materias primas, los combustibles renovables, los materiales geóticos, los minerales los compuestos bioquímicos y medicinales.
También existen los servicios de regulación que son los procesos ecológicos que mejoran y hacen posible la vida. Algunos ejemplos de éstos son la regulación de los ciclos del agua, el control de la erosión, la captura y almacenamiento de carbono, la descomposición de los residuos, la polinización, entre otros.
Asimismo, existen servicios culturales que son aquellos beneficios que las personas obtienen del ambiente a través de la reflexión, la recreación, las experiencias. El ecoturismo es uno de ellos, como así también la contemplación de los paisajes naturales.
Todo esto significa una forma de valorar en términos económicos, espirituales y morales aquellos recursos sin los que no podríamos vivir.
¿Y a ti, qué te parece esta forma de clasificar y cuantificar los beneficios de la naturaleza?
Fuentes: Sosteniblepedia, Wikipedia, INTA