Así evoluciona el agujero de la capa de ozono, a medida que disminuyen las sustancias químicas destructivas en la atmósfera. Una manera de constatar qué tan efectivas han sido las acciones para cuidarla.
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El Convenio de Viena se aprueba el 22 de marzo de 1985
Ante el deterioro de esta protección del ambiente terrestre, 28 naciones iniciaron este convenio de salvaguarda ambiental. Posteriormente, en 1987, un total de 197 países pactan el decisivo Pacto de Montreal para cuidar la capa de ozono.
¿Qué se establece en el Pacto de Montreal? Es un compromiso para reducir los llamados gases CFC (clorofluorocarbonos). Se sabe que tales gases son altamente perjudiciales, ya que destruyen las moléculas de la atmósfera.
Hay que entender bien qué es la capa de ozono: se trata de una cobertura de gas en la atmósfera de la Tierra. ¿Cuál es su importancia? Pues, evitar que los dañinos rayos ultravioleta lleguen a la superficie terrestre.
La importancia de los pactos y acuerdos internacionales
Hay consenso mundial en recuperar la capa de ozono. Por eso, se ha hecho una constatación de su evolución en estos 35 años transcurridos desde el Acuerdo de Viena y 33 desde el Pacto de Montreal. Al respecto, se señala lo siguiente:
- En los años 90 del siglo XX detectaron grandes agujeros en los polos. Particularmente el de la Antártida era sumamente preocupante.
- Se descubre que a muy bajas temperaturas los CFC son sumamente destructivos, por lo cual el efecto de tales gases es mucho mayor en los polos y sus temperaturas por debajo de cero.
- En la primera década del siglo XXI se vislumbran esperanzas, ya que la capa muestra pálidos signos de recuperación.
- Durante el año 2019, el agujero de ozono fue uno de los menores detectados desde la década de 1990.
- En 2020 la situación es mucho mejor. Algunos aducen esta situación a cambios meteorológicos. Otros, a la cuarentena desencadenada por la pandemia que ha minimizado la contaminación industrial.
Vemos cambios positivos, los cuales deben mantenerse. No obstante, aún hay mucho que hacer para salvaguardar el planeta.
Toca el turno de eliminar los hidrofluorocarbonos
Estos gases son menos nocivos que los CFC, pero también afectan el ambiente del planeta. Por eso, se considera que igualmente deben ser atendidos. De hecho, dejar de usar los hidrofluorocarbonos es el reto por venir.
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¿Qué nos enseña lo indicado en este artículo? Que la colaboración internacional si da resultados. Salvar al planeta es una tarea global y podemos lograrla. ¡Es cuestión de tener voluntad!
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