Uno de los mayores enemigos de la lucha contra del cambio climático y la contaminación es el plástico, que invade nuestros océanos, los ensucia y acaba con la vida marina. Entre los residuos plásticos, hay uno que tiene un efecto particularmente negativo: el sorbete.
El artista y activista Benjamin Von Wong ha recolectando decenas de miles de estos residuos y los ha convertido en una obra de arte majestuosa. En su obra "The Strawpocalypse" (un juego de palabras entre "sorbete" y "apocalipsis"), Von Wong utilizó sorbetes de color verde, azul y negro para recrear las olas, blancos para la espuma y amarillos para la arena.
Según cuenta Wong, quería recrear una escena dramática e impresionante que expresara la magnitud del problema a los espectadores. “Los números y las estadísticas llegan a la mente, pero el arte tiene el potencial de llegar al corazón”, le dijo al medio Global Citizen.
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Actualmente, exhibe sus proyectos en Estella Place, en la ciudad de Ho Chi Min, Vietnam, donde se mantendrá hasta el 24 de abril, y Von Wong espera que otras instituciones muestren interés en trasladarlo y exhibirlo posteriormente.
Para su realización, Von Wong recibió la ayuda de muchas personas. Asociándose con la organización sin fines de lucro Zero Waste Saigon y Starbucks Vietnam, logró reunir docenas de voluntarios para limpiar la ciudad y separar los sorbetes del resto de los desechos. Luego los separaron por colores y empezaron a armar la estructura de la ola por medio de soportes a los que adherían los desechos plásticos según el color correspondiente.
La estructura final tiene 168,000 sorbetes y mide 3 metros de altura.
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Con esta obra y su activismo previo, Von Wong se ha convertido ahora en una figura líder en el movimiento que transforma residuos plásticos en arte. En los últimos años, ha creado varias esculturas con plástico reciclado, incluidas cascadas y escenas submarinas.
Cuenta que empezó a dedicarse a esta forma de arte en 2015, cuando comenzó a informarse sobre el problema del plástico a nivel mundial, y decidió que por medio de su trabajo podía generar conciencia y visibilizar el problema para los que aún no lo conocen.
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Von Wong dice que aunque su obra “está hecha de sorbetes, no se trata solo de sorbetes. Se trata de dar un primer paso para prestar atención a la epidemia plástica que amenaza a los océanos en los que confiamos”.
El artista considera que “se necesitan historias artísticas e inspiradoras para mantener a las personas motivadas e interesadas de manera regular, y para que inspiren a quienes las rodean”. Cree que cuanto más importante es un problema, mayor es la posibilidad de que una solución cobre fuerza, pero eso solo sucederá cuando el interés público promueva el cambio por medio de las organizaciones pertinentes. Y eso es lo que está tratando de crear con su arte.
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