Hace unos 10.000 años, los humanos empezamos a cultivar. Esto fue una revolución que marcó un hito en nuestra historia: empezamos a asentarnos, a construir y a crear.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, con el advenimiento de la agricultura convencional, caracterizada por la expansión, la pérdida de ambientes naturales para ser reemplazados por sitios de cultivo, los sistemas de producción intensiva, el uso de insumos químicos y la explotación de los bienes naturales, comenzamos a proveernos de alimentos y otros productos y servicios a costa de la salud del planeta.
Esta manera de producir afecta a cientos de especies en todo el mundo, como la Loica Pampeana, una de las aves más amenazadas de los pastizales de Argentina.
Actualmente, la Loica Pampeana solo tiene poblaciones estables en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y al norte de Uruguay, aunque su distribución original supo ser mucho más amplia: ocupaba casi toda la Región Pampeana de Argentina y la Región de los Campos de Uruguay, llegando incluso a veces al sur de Brasil.
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La fragmentación y desaparición de su hábitat, que es el pastizal pampeano, la ha relegado a unos pocos campos donde aún se mantienen las condiciones originales que la especie necesita.
La falta de protección de los sitios donde habita en Argentina, sumada a las condiciones de sequía de los últimos tiempos, el uso de agroquímicos, la alteración de los suelos originales y el efecto de los predadores naturales de esta ave, han puesto en jaque a la especie.
Desde fines del año 2021, Aves Argentinas se suma al esfuerzo de profesionales, técnicos y voluntarios que protege a las últimas poblaciones de Loica pampeana, buscando sus nidos para cuidarlos de depredadores y del pisoteo de la hacienda y así aumentar la cantidad de pichones que abandonan el nido.
Además de proteger a especies emblemáticas como la Loica Pampeana, se buscan alternativas de producción que apuesten a una nueva revolución. Así surgió la Alianza del Pastizal, que tiene el objetivo de conservar los pastizales del Cono Sur de Sudamérica (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). La misión de la Alianza es que los productores ganaderos desarrollen sus actividades al mismo tiempo que conservan la biodiversidad nativa en sus campos. De esta manera, se puede asegurar que las bandadas de Loica pampeana sigan volando sobre los pastizales, a la vez que se protegen a las especies nativas que habitan estos ecosistemas.
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