El jengibre es un rizoma (o tallo subterráneo) de origen asiático, sabor picante y aroma alimonado, que se cultiva en regiones de climas tropicales. Puede usarse seco, generalmente en polvo o fresco y rallado en todo tipo de preparaciones. Es un ingrediente clásico de las mezclas de especias asiáticas, currys y sopas; como también de la pastelería, como los típicos panes y muñequitos de jengibre del norte de Europa.
El rizoma fresco es ideal para preparar té en esta época del año, ya que tiene propiedades que ayudan a combatir resfríos, catarros y estados gripales. Además estimula el sistema circulatorio y el digestivo.
Por todo esto y porque además es riquísimo, hoy de camino a casa les recomiendo pasar por alguna verdulería o tienda naturista, comprar un rizoma de jengibre y preparar este rico té.
Receta de Té de jengibre con miel y limón.
- · 2 tazas de agua
- · 3 rodajitas de jengibre, o 1 cucharadita de jengibre rallado
- · 2 rodajitas de limón
- · 1 cucharadita de miel (preferentemente orgánica) o azúcar integral
Pelamos el jengibre con una cuchara o raspándolo delicadamente con el canto de un cuchillo, de forma de sacar la piel sin lastimar el resto del rizoma. En una ollita pequeña llevamos a ebullición el agua con las rodajitas o el jengibre rallado y las rodajas de limón. Dejamos hervir de unos 5 minutos. Tapamos y dejamos reposar 10 minutos más. Servimos caliente y en la misma taza y endulzamos con miel orgánica o azúcar de caña a gusto.
Otra preparación que podemos hacer para tener siempre mano esta riquísima infusión es armar un macerado en casa. Para esto cortamos rodajas de limón y rodajitas de jengibre pelado, las colocamos en un frasco y cubrimos con miel orgánica. Guardamos el frasco en la heladera y preparamos nuestra infusión disolviendo una cucharadita de miel por taza de agua caliente. Este macerado podemos guardarlo por 2 meses en la heladera.
Espero que les guste!