¿Eres vegetariano? ¿Vegano? ¿Carnívoro? ¿O acaso no encajas en ninguna de estas categorías? Quizás ninguno de esos términos te define, pero racionalmente eres consciente de que detrás de lo que comes hay explotación animal y daño ambiental. Sin embargo crees que aún no puedes dejar de comer carne; realmente te gusta. O tal vez, incluso, has intentado llevar una dieta vegetariana y no has podido mantenerla en el tiempo.
De eso se trata este movimiento: el "reducetarianismo". De realidades, más que de expectativas; de buscar el camino del medio en lugar de optar por extremismos que inclusive podrían llegar a ser más perjudiciales, especialmente si hablamos de salud y alimentación.
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"Reducetarianismo" agrupa a las personas que aspiran a comer menor cantidad de productos derivados de animales, sin llegar a ser ni veganos ni vegetarianos. El objetivo es "mejorar la salud del ser humano, proteger el ambiente y evitar el sufrimiento de los animales de granja". La intención, en este movimiento, es lo que vale.
El "reducetarianismo" nació en 2015 como una solución alternativa a los problemas ambientales y a las objeciones éticas sobre el bienestar animal.
Para quienes siguen una dieta vegetariana, esto no alcanza.
Pero, ¿qué opinas tú?
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¿Qué hay de malo con el consumo de carne?
De acuerdo a los especialistas, además del sufrimiento animal y el riesgo para la salud que conlleva el consumo de carnes procesadas, la producción de carne y lácteos utiliza más del 80% de toda la tierra cultivada, y es responsable del 60% de las emisiones de gases invernaderos que genera la agricultura. Además, disminuye los recursos de agua.
Fuentes: