Los dolores de cabeza son uno de los malestares más comunes. ¿Quién no lo ha sufrido alguna vez? Sin embargo, sus causas, tipos e intensidades pueden ser muy diferentes.
Que un dolor de cabeza se vincule con el cansancio, el estrés o una contractura muscular no nos resulta extraño. Pero, ¿qué sucede con nuestra alimentación? ¿Acaso hay algunos alimentos que pueden producirlo?
La respuesta es que sí, y aunque para muchos sea una pésima noticia, el queso es uno de ellos.
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El queso tiene fanáticos en todo el mundo. Su consumo es muy habitual y para muchos, toda una delicia.
Pero, a nivel químico, el queso contiene una concentración de aminas biógenas que son las sustancias que provocan un efecto inflamatorio o vasodilatador en el cerebro que provoca el dolor de cabeza en personas con tendencia a sufrir migrañas.
Algunas de las aminas son: la histamina (principal responsable del dolor), la tiramina, la dopamina o la serotonina.
Según el tipo de queso la concentración de estas últimas puede ser mayor o menor, y eso potenciar el efecto tóxico de la histamina. En algunos quesos, los microorganismos responsables de su maduración producen aminas a partir de los aminoácidos del mismo alimento.
De esta forma, los quesos maduros, curados (como el parmesano o el gouda) y más fermentados (como los quesos azules) son los que contienen más aminas biógenas. Otros alimentos como la cerveza o las conservas de pescado también tienen estas características.
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Intolerancia
La alta concentración de histaminas en sangre es lo que puede provocar los dolores de cabeza.
La intolerancia a la histamina en alimentos como el queso se vincula con la propia dificultad para metabolizarla correctamente, por causas genéticas, o como consecuencia de enfermedades inflamatorias de los intestinos, entre otras.
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