¿Alguna vez te preguntaste a dónde van a parar los restos de comida que botas? Si revisáramos la bolsa de basura promedio, encontraríamos que casi la mitad de los desperdicios son residuos húmedos, es decir, restos de comida.

Cada año, casi el 30% de los alimentos que se producen se desperdician: el equivalente a 1.300 millones de toneladas, según Wasted!, un documental producido por Anthony Bourdain que ayuda a dimensionar lo preocupante de la situación alimentaria. América Latina produce el 20% del desperdicio de comida del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

En este contexto, muchos nos preguntamos: ¿qué podemos hacer para generar menos residuos? Así fue como nació el movimiento “zero waste”, o basura cero en español, una alternativa de vida sin desechos. El objetivo final: imitar el ciclo de la naturaleza, donde todo residuo es reutilizado. En la práctica, este concepto se traduce en producir la menor cantidad posible de basura y, cuando se produce, que sea biodegradable para que tarde el menor tiempo posible en desaparecer.

dieta antidepresiva
Las dietas basadas en verduras aportan beneficios a la salud del corazón y a la oxigenación del cerebro.

Según la FAO, uno de los principales beneficios de disminuir la cantidad de desperdicios alimenticios es la seguridad alimentaria. Si bien hoy el mundo cuenta con alimentos suficientes para cubrir la demanda, la población crecerá, por lo que cualquier reducción en las pérdidas y desperdicios significará más disponibilidad en el mercado mundial. También, significaría una mayor sostenibilidad, ya que habría una reducción de emisiones de carbono y un mejor uso de los recursos naturales.

Algunos consejos para reducir los desperdicios en nuestros hogares:

  • Organizarnos

La principal causa de desperdicio de comida en los hogares es la expiración de la fecha de vencimiento, seguida del deterioro por mala conservación, razón por la que las verduras y las frutas son las que con más frecuencia terminan en el basurero. Por eso, es fundamental organizar nuestra heladera y freezer, detallando el contenido de los envases y fechas de almacenamiento. Además, se recomienda verificar bien qué alimentos ya tenemos en casa para no comprar de más en el supermercado.

  • Compost

El compostaje es un proceso simple, económico y de bajo mantenimiento que trae muchos beneficios: desde reducir una gran parte de los desechos orgánicos que generamos en nuestros hogares, hasta disfrutar de una actividad en familia, transmitiendo los valores de consumo responsable y respeto por la naturaleza.

Aquí te compartimos algunos consejos para que empieces a hacer compost hoy mismo.

huerto casero
  • Cocinar con las sobras

Se puede comer absolutamente todo de la mayoría de las verduras que consumimos: el tallo del brócoli, las hojas de la remolacha y las semillas del zapallo.

Además, muchas veces descartamos alimentos solo por su apariencia: si un plátano está un poco machucado, ya no nos dan ganas de comerlo. Pero eso no significa que no pueda consumirse o que haya perdido sus propiedades nutricionales.

Muchos reconocidos chefs, como la argentina Narda Lepes o el inglés Jamie Oliver están reivindicando este tipo de alimentos, promoviendo el consumo de frutas y verduras que, de no ser consumidos, terminarían en la basura sin necesidad.

  • De la huerta a la mesa

Tener tu propia huerta o comprar bolsones de fruta y verdura orgánica. Con estos hábitos, evitas la generación de residuos y desperdicios innecesarios. Además, evitas consumir aditivos y conservantes.

Y tú, ¿qué haces para evitar el desperdicio de alimentos?

Fuente:

ONU