La población global de muchas especies vertebradas, incluidos mamíferos, pájaros, anfibios, reptiles y peces, se ha reducido en una media de más de dos tercios, o el 68 %, en menos de medio siglo, advierte el último informe Planeta Vivo (Living Planet) de la organización medioambiental WWF, publicado este jueves.
Elaborado conjuntamente con la Sociedad Zoológica de Londres, el informe apunta al cambio de la utilización del suelo –que provoca fenómenos como la deforestación– y al comercio y explotación de la vida salvaje como principales factores de la reducción de las especies vertebradas entre 1970 y 2016.
"La destrucción de la naturaleza está teniendo un impacto catastrófico no sólo en la vida salvaje, sino también en la salud humana y en todos los aspectos de nuestras vidas", subrayó el director general de WWF International, Marco Lambertini, en nota de prensa.
"Nuestro planeta ha encendido las luces rojas que indican un fallo del sistema. La reducción de vida salvaje ya sea de los peces de los océanos y ríos o la desaparición de las abejas, que juegan un papel vital en la agricultura, afectan directamente la nutrición, la seguridad alimentaria y los modos de vida de miles de millones de personas", añadió.
América Central y del Sur: caída del 94 por ciento en las especies desde 1970
El informe mostró que las regiones tropicales de América Central y del Sur habían experimentado una caída del 94 por ciento en las especies desde 1970. "Es asombroso. En última instancia, es un indicador de nuestro impacto en el mundo natural", dijo el director general de WWF International, Marco Lambertini.
El estudio da ejemplos como la reducción de hasta un 87 por ciento en las poblaciones de gorilas en áreas protegidas de la República Democrática del Congo, debido principalmente a la caza furtiva.
Una especie menos conocida, la cotorra gris africana, nativa del sur de Ghana, ha visto reducida su población en hasta un 99 por ciento entre 1992 y 2014 debido tanto a la reducción de su hábitat como al comercio de pájaros salvajes, denuncia también el estudio.
El informe ha analizado la evolución de más de 21.000 poblaciones de 4.000 especies, y subraya que las reducciones son especialmente dramáticas en los animales que habitan en ríos y otras superficies de agua dulce, que han mermado sus números en hasta un 84 por ciento.
Es el caso del delfín del Yangtsé, uno de los pocos delfines de agua dulce del mundo, cuya población se ha reducido un 97 por ciento coincidiendo con la época en la que se construyó en la zona la Presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidroeléctrico del planeta.
Formas de detener y revertir las pérdidas
La actualización el último informe Planeta Vivo viene junto con un estudio en coautoría de más de 40 ONG e instituciones académicas, que establece formas de detener y revertir las pérdidas que ha infligido el consumo humano.
La investigación, publicada en la revista Nature, sugiere que reducir el desperdicio de alimentos y favorecer dietas más saludables y respetuosas con el medio ambiente podría ayudar a "doblar la curva" de la degradación.
Junto con los esfuerzos radicales de conservación, estas medidas podrían evitar más de dos tercios de la pérdida futura de biodiversidad, sugirieron los autores.
"Necesitamos actuar ahora. Las tasas de recuperación de la biodiversidad suelen ser mucho más lentas que las de la pérdida de biodiversidad reciente", dijo el autor principal del estudio, David Leclere, investigador académico del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados.
"Esto implica que cualquier retraso en la acción permitirá más pérdidas de biodiversidad que podrían tardar décadas en recuperarse". Leclere también advirtió sobre pérdidas "irreversibles" de la biodiversidad, como cuando una especie se extingue.
Lambertini: Tenemos el deber moral de coexistir con la vida en el planeta
Por su parte, Lambertini dijo que, al igual que el discurso público sobre el cambio climático, las sociedades están cada vez más preocupadas por los vínculos entre la salud del planeta y el bienestar humano. "De estar triste por perder la naturaleza, la gente está empezando a preocuparse", dijo.
Todavía tenemos el deber moral de coexistir con la vida en el planeta, pero ahora existe este nuevo elemento de impacto en nuestra sociedad, nuestra economía y, por supuesto, nuestra salud.
FEW (EFE, AFP)