Leer correctamente la fecha de caducidad de los alimentos que consumimos parece ser una regla tan rígida que discutirla podría generar todo un debate. En el medio se ponen en juego cuestiones que tienen que ver sobre todo con la salud, pero también con el ambiente, ya que cada año se pierden o desperdician alrededor de 1300 millones de toneladas de alimentos producidos para el consumo en todo el mundo, y con ellos también, los recursos y energía usados para su producción. 

Alrededor de las fechas de caducidad que encontramos en los empaques de los alimentos rondan mitos que necesitamos volver a poner sobre la mesa para estar seguros de lo que comemos, pero no caer en el otro extremo de desechar lo que aún podría servir. 

“Los actuales estándares de producción y tiempos de expiración de los alimentos son exagerados e incentivan la cultura del descarte”, señala al respecto Tristam Stuart, autor de “Waste: uncovering de global food scandal”

¿Cómo saber qué hacer entonces? 

En primer lugar, es clave conocer la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. Ambas son diferentes y excluyentes, es decir, cuando aparece una, no aparece la otra. 

Fecha de consumo preferente

La fecha de consumo preferente ("consumir preferentemente antes del...") indica el período de tiempo durante el cual el alimento mantiene una calidad adecuada en sus condiciones de conservación. Luego,  es posible que haya perdido sabor y textura. 

Esta fecha, cuando aparece en los alimentos, no se indica siempre de la misma manera: en los alimentos cuya duración sea inferior a tres meses basta con indicar el día y el mes. Para los que su duración esté entre tres y dieciocho meses alcanza con indicar el mes y el año; y para aquellos cuya duración sea superior a dieciocho meses, solo basta con indicar el año.

Según la médica especialista en nutrición, Mónica Katz: “Eso no significa que el día posterior a la fecha indicada sea peligroso comer esos alimentos. Siempre hay margen de consumo”. Además, afirma que un producto puede cambiar sus características organolépticas (aroma, sabor, humedad o crocancia) sin que eso lo convierta en potencialmente perjudicial o dañino.

En todos los casos, una adecuada manipulación y conservación (es decir, respetar la cadena de frío y las condiciones apropiadas de humedad, temperatura y almacenamiento) ayudará siempre a que los alimentos no se echen a perder antes de tiempo.

Fecha de caducidad o vencimiento

Por el contrario, la fecha de caducidad o vencimiento es, por así decirlo, más rígida, ya que se refiere a alimentos microbiológicamente muy perecederos, cuyo consumo puede provocar un problema de salud. 

Algunos alimentos, como los enlatados, son muy  peligrosos luego de haber caducado, por su proceso de conservación que ya es de años. Por eso, ningún médico recomienda consumir nada luego de su fecha de caducidad.

Aún así, hay alimentos que no llevan ninguna de las dos fechas, como las frutas y las hortalizas frescas, los vinos, los vinagres, las sales, los azúcares en estado sólido, entre otros. 

¿Cómo se determina la duración de los alimentos?

Antes de lanzarlo al mercado, se estudia a través de análisis microbiológicos, físico-químicos, y sensoriales, el tiempo en que un alimento mantiene una calidad adecuada; siempre y cuando se respeten sus condiciones de conservación. Esto incluye tanto aspectos referidos al color, el sabor y el olor, como a la conservación de sus nutrientes.

Quienes lo determinan son los fabricantes y distribuidores, de acuerdo a los marcos regulatorios que rigen en el país del que se trate.

Consejos

  • Compra aquello que necesitas; no te excedas sin razón. 
  • Respeta las condiciones de conservación que indican los alimentos. Un producto puede no haber caducado aún pero perder sus características si se lo conserva de una manera incorrecta.  
  • Tanto los enlatados con envase deteriorado como los productos congelados en los que la cadena del frío se haya roto, deben evitarse. 
  • Si un alimento cambia de olor, color o contextura no debe ser consumido. 
  • Si no vas a comer algo que aún está en buen estado, regálalo o compártelo con otros. 
  • También puedes conocer algunas técnicas para hacer que los alimentos duren más o para conservarlos por más tiempo
¿No te parece ilógico que en un mundo en que se produce más comida de la que necesita, más de 800 millones de personas pasen hambre? ¡No desperdicies!

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