El compostaje es todo el proceso que ocurre sobre residuos orgánicos con el fin de producir abono, también llamado compost. Para que el compostaje genere buenos resultados, se deben tomar en cuenta varios factores, como la temperatura, el pH, la aireación, humedad, entre otras cosas.
Este procedimiento se basa, principalmente, en la descomposición de desechos orgánicos por acción de una enorme variedad de microorganismos, que cuentan con un metabolismo capaz de tomar del material lo necesario para que su cuerpo cumpla las funciones debidamente.
Mientras que el resto es transformado en compuestos orgánicos cuyas propiedades, tanto físicas como químicas, hacen de este el abono ideal para la agricultura y la siembra en general.
De acuerdo, no solo a la cantidad de compost que se quiera producir, sino también al ambiente donde se vaya a realizar el compostaje, el clima, el tipo de material que se vaya a tratar, el tamaño del lugar, etc., existen diferentes técnicas y sistemas para la elaboración del compost.
Sistemas de Compostaje Abiertos
La mayor ventaja que poseen estos sistemas es que ayudan a ahorrar dinero, ya que su estructura, instalación y manejo son de bajo costo. El tipo de sistema abierto más utilizado son las pilas.
Por un lado se encuentran las pilas estáticas que no ameritan de mucho esfuerzo, ni de una estructura muy elaborada. Solo se amontonan los materiales sobre el suelo, sin comprimirlos en exceso. Mientras que las pilas con volteo, se caracterizan porque el material se remueve con el fin de homogenizar la mezcla, controlar la temperatura y la aireación.
Pilas estáticas con aireación pasiva
Para este sistema se requiere que la pila de residuos se encuentre sin ningún tipo de cubierta o, si tiene uno, que sea de tipo malla. De este modo se favorecerá la ventilación natural, permitiendo el paso de la masa de aire desde la parte inferior a la superior.
La aireación se da por convección natural, es decir, el aire caliente que sube desde el centro de la pila crea un vacío parcial, el cual aspira el aire frío por los lados. El movimiento de aire se puede ver afectado por varias razones:
Tamaño de partícula
Contenido de humedad
Porosidad
Nivel de descomposición
Pilas estáticas con aireación forzada
Cuando se utiliza este sistema de compostaje, el objetivo es tener control sobre el nivel de oxígeno. Para favorecer la actividad metabólica de los microorganismos aerobios, la concentración de oxígeno apropiada debe estar ubicada entre los 15 y 20 %.
Es mediante succión o insuflado que se puede hacer la aireación para aportarle oxígeno a la pila. Se lleva a cabo de manera continua o a intervalos. Aunque también es posible usar un termostato que, al alcanzar una temperatura determinada de aproximadamente 60 ºC, acciona de manera automática la inyección de aire hasta que la temperatura descienda.
Pilas con volteo
Como se mencionó antes, en este sistema se remueve la pila de residuos cada cierto tiempo para homogenizar el material y controlar la temperatura, humedad, ventilación, etc. Tras cada volteo, la temperatura desciende, ayudando a que los organismos encargados de descomponer la materia tengan una correcta fisiología.
De acuerdo a los factores comunes capaces de afectar el compostaje (temperatura, humedad, pH, aireación, etc.), el volteo puede hacerse cada 6 – 10 días. Existe una maquinaria especialmente diseñada para lograr un óptimo mezclado del compost. Sin embargo, el volteo también puede hacerse con una pala cargadora, recogiendo y soltando el material.
Sistemas de Compostaje Cerrados
El inconveniente de estos sistemas es que requieren de una gran inversión monetaria para la construcción de las instalaciones. La ventaja es que se puede tener un amplio control de los parámetros del compostaje y es posible contar con compost listo en un menor intervalo de tiempo.
Se dividen por el tipo de reactor:
De flujo horizontal: el cual posee un depósito, que puede ser rotatorio o estático
De flujo vertical: tiene hasta 4 metros de altura si es continuo. Mientras que los discontinuos cuentan con espacios de 2 metros y la aireación se mueve por todos los depósitos.
Técnicas de Compostaje
Hasta ahora solo se ha hablado de los sistemas de compostaje, los cuales hay que tener en cuenta sobre todo para cuidar el correcto comportamiento de los parámetros, capaces de afectar el metabolismo de los microorganismos que descomponen la materia orgánica.
Ahora es momento de conocer algunas de las técnicas de compostaje más utilizadas tanto a grandes escalas, en campos agrícolas, como en el jardín de una casa. Estas técnicas en combinación con un sistema adecuado, darán como resultado un compost eficiente y de excelente calidad.
Las principales técnicas de compostaje se pueden dividir en tres tipos:
Compostaje en superficie: el material orgánico se esparce en la superficie del suelo, formando una capa delgada, con no más de 10 cm de grosor. Este empezará a descomponerse, penetrando en el suelo. Como dicho proceso se irá dando poco a poco, la incorporación de más residuos debe hacerse de manera continua.
Si el compostaje se está llevando a cabo en un ambiente con bajo porcentaje de humedad y altas precipitaciones, se recomienda cubrirlo.
Se emplea principalmente en los huertos y sirve de acolchado de la tierra, que a su vez impide la evaporación de humedad y el nacimiento de hierbas no deseadas, e incluso protege de heladas en épocas frías. Se trata de un sistema abierto de aireación pasiva. Es una técnica que posee ciertas limitaciones de uso en huertos, debido a que algunos cultivos rechazan este tipo de fermentación.
Compostaje en montón: es ideal usarlo cuando la cantidad de residuos está por encima del metro cúbico. Se puede hacer con distintos tipo de residuos, por ejemplo:
Podas vegetales: se recomienda triturarlos y mantenerlos sumergidos en agua durante 48 horas. Al pasar este tiempo, se agrupan en un montón de 2x2x1.5 m por 20 días. Seguidamente, se forma una pirámide con los residuos y se cubre con arena. De este modo, ocurrirá aireación por convección del centro hacia arriba.
Residuos vegetales y estiércol: el proceso de remojo de este tipo de residuos debe hacerse durante 3 días. Conjuntamente, se deben recolectar algunas hierbas aromáticas y sumergirlas en agua por, al menos, 24 horas. La técnica en este compostaje consiste en realizar capas alternas de 15 cm con el siguiente orden: residuos vegetales, estiércol, hierbas aromáticas. Hasta conseguir un montón de 2 metros de altura. Después de 21 días se deshace y se forma una pirámide que debe pasar por descomposición durante 90 días.
Coníferas: tanto las ramas como las hojas de los pinos se remojan durante 7 días para después amontonarlas. Tras 21 días, se debe deshacer este montón y armar con los residuos de coníferas un trapecio. La descomposición de este tipo de plantas es lenta, por lo que se recomienda cubrir el material con tierra y regar con algún extracto fermentado, como purín de ortigas.
Hojas: también se trata de un montón con distintas capas. Comienza con 25 cm de hojas, 3 cm de ramas trituradas, residuos de cocina o cortes de césped y culmina con otra capa de hojas. Se cubre con tierra y en un mes de mezcla y airea.
Compostador: el cajón que se vaya a utilizar para esta técnica de compostaje debe tener suficiente capacidad para almacenar residuos producidos hasta por 4 meses. Ahora bien, el compostador no debe contar con ningún tipo de base, para que haya contacto entre los organismos del suelo y la pila de residuos, ya que estos son lo que se encargarán de la descomposición. Ventilación por los lados, además de algo que cubra la parte superior para controlar la humedad y la temperatura.
Al usar esta técnica es muy importante mezclar los residuos periódicamente. Así pues, estarán los más húmedos con los secos, los que poseen mayor concentración de nitrógenos, con los menos nitrogenados, y la descomposición será homogénea. Elaborando un excelente compost.
Ya sea para uso doméstico o en grandes escala para la agricultura, el compost es uno de los abonos más eficientes, usado desde hace miles de años. Todo el material que se produce por la descomposición de residuos orgánicos está cargado de compuestos químicos, capaces de mejorar las condiciones del suelo a niveles extraordinarios.
Para que las plantas tengan un desarrollo y crecimiento óptimo requieren de nutrientes, sin importar que sean ornamentales, alimenticias, medicinales o de cualquier otro tipo. Entre los más relevantes están los macronutrientes, que son nitrógeno, fósforo y potasio. Aunque también son necesarios tanto los mesonutrientes, calcio, magnesio, azufre, como los micronutrientes, hierro, manganeso, boro, zinc, cobre y molibdeno.
Todos estos nutrientes se pueden encontrar en el producto del compostaje, debido a que provienen de materia orgánica. Son los microorganismos que participan en este proceso los que, para alimentarse y sobrevivir, aprovechan los residuos, los metabolizan, descomponiendo sus elementos, para finalmente originar el abono que ayudará a perfeccionar la cosecha.
Antes de aplicar el compost, es importante conocer las necesidades del cultivo, en cuanto a nutrientes. De este modo se usará la cantidad pertinente para obtener los resultados esperados.