Hogar de una abundante diversidad de flora y fauna, las montañas de Lambayeque, en Perú, albergan, desde 2017, el proyecto Sumak Kawsay. Esta iniciativa, que tiene como significado "buen vivir" o "estar en armonía con la naturaleza" en quechua, nace de la idea de la joven Ysabel Calderón. "Decidí crear este emprendiento ambiental para promover la conservación de las abejas nativas y otros polinizadores, murciélagos y mariposas, entre otros, restaurando ecosistemas”, explica en entrevista con DW.

Con el objetivo de velar por la seguridad alimentaria fomentando el desarrollo económico de la comunidad, la iniciativa logró reforestarmás de un millar de árboles y conservar tres especies de abejas nativas sin aguijón, mientras seis familias de dos comunidades campesinas incrementaron sus ingresos gracias a la venta de las frutas, la miel y derivados de productos de la caña de azúcar, como la panela.

La deforestación, el uso de agrotóxicos y la crisis climática son las principales amenazas para las abejas, y por extensión para nosotros, pues se pone en riesgo nuestra seguridad alimentaria. "Los bosques en Lambayeque están siendo depredados de manera alarmante, básicamente los bosques secos, cuyos troncos y su derivado, el carbón, terminan en pollerías, panaderías y restaurantes”, advierte la joven emprendedora, criticando la falta de una regulación realmente efectiva para resolver un problema que ya está teniendo consecuencias.

"Mucha diversidad de flora y fauna está disminuyendo y quizá hayan desaparecido algunas especies de abejas, no lo sabemos aún”, alerta. La falta de conocimiento no ayuda a mejorar su situación. "Actualmente hay poca investigación en cuanto a los polinizadores en Perú, y en cuanto a las abejas, específicamente sobre las abejas nativas sin aguijón hay estudios, pero en la Amazonía, en bosque secos montanos es incipiente aún, y sobre las otras abejas, como las solitarias, más aún”, lamenta la fundadora de Sumak Kawsay.

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La iniciativa de la joven peruana Ysabel Calderón (foto) logró reforestar más de un millar de árboles y conservar tres especies de abejas nativas sin aguijón. Imagen: Sumak Kawsay/DW

Pequeñas ‘diosas' que necesitan protección

La joven peruana recuerda el trabajo que las abejas realizan para mantener los bosques y su papel en la producción de alimentos. "Desde Sumak Kawsay consideramos a las abejas como un ser divino y trabajamos la tierra con un enfoque agroecológico, de respeto, con todos los seres que ahí habitan”, explica. Por ello, "nos encargamos de que tengan suficientes plantas y produzcan su miel que, para nosotras, es una importante medicina que sirve para mejorar nuestra salud”, dice, recordando que las abejas, al visitar las diversas plantas, colectan los principios activos de éstas y la convierten en miel.

Precisamente a través de este producto, panela y servicios, parte de los fondos que se recaudan de las ventas son destinados al trabajo de restauración, conservación e investigación del proyecto. "Son la base de generación de puestos de trabajo bajo estándares de comercio justo, desarrollo de la comunidad y empoderamiento de las mujeres”, recalca orgullosa Calderón, que ha vivido de primera mano la evolución del emprendimiento.

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"Iniciamos sin presupuesto y el aspecto económico ha sido un limitante para avanzar más rápido. Sin embargo, hemos logrado obtener diversos reconocimientos a nivel nacional e internacional”, explica, enumerando algunos de ellos, como el primer Encuentro de Jóvenes de las Américas (2022), la Cumbre de Ciudades de las Américas (2023) y el Mountains Restoration Stewards 2023, otorgado por Global Landscape Forum, organización con sede en Bonn (Alemania). Por este motivo, Calderón confía que, a pesar de los retos de futuro, la iniciativa logre convertirse en un referente en Perú, impactando en más comunidades.