Como consumidores, ejercemos nuestra ciudadanía en el momento en el que tenemos el poder de decidir lo que compramos. Elegir una leche o la otra porque el precio ha subido, cambiar el pan porque ya no nos gusta el que solíamos consumir, son decisiones políticas, en tanto nuestras decisiones tienen un impacto en el entorno.
¿Qué? ¿Política? ¿No es eso aquello que hacemos cuando votamos? Tomar una decisión es hacer política porque tiene una repercusión en el mundo que nos rodea. Al tomar partido, redireccionar aquello que queremos cambiar, nuestra voz tiene el potencial de convertirse en acción. Estas decisiones incluyen todo lo que consumimos desde la ropa que compramos, el transporte que elegimos, qué comemos, la decisión es tuya. Tu menú es un acto político.
También debemos tener en cuenta que muchas veces nuestras decisiones definen a un producto. Si existe la comida chatarra es porque hay un público que lo come, si los animales son torturados para fabricar ropa es porque hay personas dispuestas a comprarla. Estos son algunos ejemplos, pero lo cierto es que no siempre nos muestran el "detrás de cámara" de cada producto.
"Somos lo que consumimos, pero también somos aquello que defendemos"
Ana Luisa Ruiz García, voluntaria de Greenpeace México
Por suerte hoy son muchos los ciudadanos que toman conciencia al ser políticamente activos. Es importante saber que podemos influir en la toma de decisiones de los políticos, aquellos en las oficinas de gobierno decidiendo nuestro futuro. Pero aún hay muchos ciudadanos que no son conscientes de que sus acciones pueden generar un gran impacto en las decisiones políticas y hoy es necesaria esa conciencia para darle un vuelco a la degradación ambiental y salvar al planeta.
Si sientes que quieres convertirte en un ciudadano consciente, comienza con acciones concretas: toma decisiones de compra consciente, infórmate y firma peticiones, demanda alternativas ecológicas a tus gobernantes, entre otras.
El proceso de cada uno es distinto. Hay quienes empiezan erradicando el plástico en casa y descubren que el diseño de las bolsas de telas no es necesariamente funcional cuando la fruta se golpea, otros se topan con la lluvia al cambiar de transporte y utilizar la bicicleta. Cambiar el estilo de vida viene acompañado de crecimiento y aprendizaje y nos invita a repensar nuestra relación con nuestro alrededor.
Una firma o donación que ayude a una causa que protege al medio ambiente, aprender el calendario de frutas y verduras de la temporada e incluso realizar un taller para aprender a fabricar nuestra propia ropa y conservas de comida. Una vida consciente implica dejar de ser un observador pasivo del mundo y decidir activamente sobre el rumbo de tu vida, del país y el medio ambiente.