La agricultura es una de las principales actividades realizadas por el humano que más han impactado en el desarrollo humanidad y las civilizaciones. Su práctica hizo que las personas pasaran de ser cazadores y recolectores a agricultores y ganaderos. Esto a la vez hizo que iniciaran las primeras civilizaciones en Egipto, el Oeste asiático e India. Esta actividad es conocida como uno de los mejores inventos; fue la responsable del crecimiento y el desarrollo de las comunidades. Y hoy en día es indispensable para la subsistencia de población mundial. Hoy te diremos algunos ejemplos de los distintos tipos de agricultura y cual ha sido su impacto.
Sin la aparición de la agricultura, el mundo no sería como el que conocemos hoy. Gracias a ella evolucionó la raza humana y se desarrollaron civilizaciones. En la antigüedad, fue un factor esencial para el incremento de la población, y además se convirtió en el motor principal de la economía mundial. Luego dio inicio al crecimiento y desarrollo económico, lo que en años posteriores llevó a la industrialización.
Aunque los beneficios que las prácticas agriculturas tienen sobre la población son indiscutibles. Existe una parte negativa que cae completamente sobre el medio ambiente. Algunos de los daños causados por la agricultura son la contaminación de los suelos, lagos y ríos. Además de pérdida de la biodiversidad. Durante los últimos años se ha incentivado acerca de la práctica de una agricultura más ecológica. Esto con el fin de frenar el impacto ambiental negativo.
Tipos de agricultura
Existen diferentes tipos de agricultura, todas ellas se dividen dependiendo de sus características; qué cultivan, de qué forma y cuál es su impacto en el medio ambiente. A continuación te mostraremos cuales son.
Tradicional: Como su nombre lo indica, la agricultura tradicional se caracteriza por guardar y practicar los sistemas o procesos típicos del lugar donde se realiza. Por lo que suele variar con respecto a la región, cultura y el clima; entre los demás tipos, este es el que posee mayor parecido con técnicas primitivas. Los conocimientos acerca de su realización se pasan de generación en generación.
Orgánica o biodinámica: La agricultura orgánica, también conocida como biodinámica, es aquella que se caracteriza por ser ecológica. Suele adaptarse a las necesidades del lugar en la que se realiza con el fin de respetar y cuidar el medio ambiente. Evita la explotación de los recursos necesarios para su realización; de igual forma fomenta las prácticas de fertilidad de los mismos.
Tiene como principal ideal el respetar el medio ambiente, y adapta sus cultivos a las distintas estaciones meteorológicas. Además, sus métodos son 100% verdes, por lo que no hacen uso de pesticidas. Esto con el fin de disminuir el impacto negativo de las actividades de agricultura.
Natural: Dentro de este tipo de agricultura no existe interacción humana durante los procesos de cultivo y cosecha. Uno de los ejemplos de la agricultura natural, es que quienes la practican unicamente consumen los frutos que han caído en el suelo.
De subsistencia: Como su nombre lo indica, este tipo agricultura sólo se realiza con el fin de servir para la subsistencia de un grupo pequeño de personas. Es llevado a cabo principalmente por agricultores sin ningún apoyo técnico.
Industrial: A diferencia del tipo de agricultura anterior, este hace uso de apoyo técnico de calidad. Esto con el fin de producir cultivos a gran escala; principalmente para manejar líneas de producción de gran escala con el fin de comercializarlo en un mercado externo. La tecnología de la que hace uso durante sus procesos de cultivo y cosecha cada vez es más sofisticada. Este tipo de agricultura es común en países industrializados y/o de gran población.
Se subdivide en tres tipos, los cuales dependen de distintas formas de dependencia al agua. El primer tipo se conoce como agricultura de secano, y se caracteriza porque utiliza únicamente agua de lluvia o proveniente de fuentes subterráneas. Mientras que el segundo tipo es conocido como agricultura de precisión, por ser altamente eficiente. Tiene un sistema de riego sofisticado y su técnica se somete a estudio tecnológico y científico; esto para incrementar los cultivos. De igual forma para disminuir grandes riesgos como las plagas y las enfermedades.
El último tipo de agricultura industrial según su sistema de riego, conocida como de regadío. Su sistema clasifica los cultivos y hace uso de fuentes de agua artificial y natural. Procura disminuir su huella ambiental negativa.
Intensiva: Este tipo de agricultura es de las más dañinas sobre el medioambiente. Se caracteriza por hacer uso de espacios reducidos de tierra para una gran producción. Lo que lleva al desgaste de la tierra usada; es muy común dentro de los países industrializados.
Extensiva: A diferencia del tipo de agricultura anterior, este tipo de cultivo se caracteriza de usar un terreno extenso para un poco producción. Como resultado disminuye el impacto negativo en el suelo usado, pero son pocos los beneficios comerciales que se pueden obtener a través de ella.
¿Qué tipo de suelo es mejor para la agricultura?
Parte esencial de los cultivos es la tierra de la que se hace uso. Pero ¿Cuál es la mejor? Existen distintos tipos de suelos, todos ellos con características propias y capaces de dar frutos diferentes. Todos los suelos son buenos, pero depende de qué tipo de cultivo quieras y si las características del mismo son compatibles con las del terreno que se quiere usar. Para nadie es un secreto que cierto tipo de fruto se da más o mejor en algunas regiones, y aunque los factores climáticos tienen mucho que ver; el tipo de suelo también es importante.
Hay desde suelos limonosos, alto en nutrientes, capaz de retener con efectividad el agua, lo que lo hace húmedo y jabonoso; y también muy fértiles para el cultivo. Hasta suelos de turba, el más nutritivo, capaz de mantener una buen temperatura, retener agua suficiente para el crecimiento de las plantas; y alto el pH ácido, útil en el control de las plagas.
La agricultura y su impacto negativo en el medio ambiente
Puede que la agricultura haya ayudado al desarrollo de la civilización tal y como la conocemos hoy. Pero, en la actualidad, el impacto negativo que esta está teniendo sobre el medio ambiente es muy grande. La industrialización de los procesos productivos de los cultivos, aunque son efectivos para el incremento de los mismos. También son dañinos para el ambiente, estas actividades requieren de insecticidas, explotación o desforestación de ciertas áreas; algunas de las cuales quedan con daños irremediables.
Uno de los tipos de agricultura más empleados a nivel mundial es el intensivo. Esto se debe a dos factores claves, el crecimiento de la población y la gran demanda que existe debido a esto; como también la aparición de nuevas tecnologías. Como ya mencionamos, la agricultura intensiva se caracteriza por emplear espacios reducidos de tierra para la producción de grandes cantidades de cultivos. Esto ha traído como consecuencia la erosión de los suelos; algunos de estos terrenos se encuentran sin oportunidad de reposición de material orgánico debido a la grave degradación química a la que estuvieron expuestos.
La agricultura no sólo ha traído consecuencias a los suelos de cultivo. Estos daños se extienden al medio ambiente en general. El impacto negativo de este tipo de cultivo va desde la emisión de gases de efecto invernadero, hasta pérdida de biodiversidad.
La agricultura moderna
Las consecuencias de la agricultura son visibles en la actualidad, y esta visibilidad ha llevado al planteamiento de nuevas formas de cultivo que sean menos perjudiciales al medio ambiente. En la actualidad, tenemos todas las herramientas necesarias para encaminarnos de la agricultura intensiva hacia la agroecológica. La agroecología, más que un conjunto de nuevas formas de cultivo, se ha convertido en un movimiento social. Este vino a derribar paradigmas, presentando nuevas técnicas las cuales se encuentran respaldadas por la comunidad científica y medio ambiental.
A diferencia de otros tipos de agricultura orgánicos, la agroecología se caracteriza por no sólo querer disminuir el impacto medioambiental negativo. Sino que también presenta una estrategia que tiene en cuenta a la sociedad y la economía mundial. Algo que está claro es que en esta época moderna, se tienen sobre la mesa una serie de alternativas ecológicas entre las que se encentran este método de cultivo y otros como los huertos urbanos.
¿Qué es la revolución verde?
La agricultura ha evolucionado a través del tiempo, esto para adaptarse a las necesidades de las población. Dio inicio a la aparición de las civilizaciones hace miles de años, y luego fue creciendo junto a la sociedad para convertirse en lo que ahora es. El siglo pasado fue una época de cambios, las tecnologías usadas para el cultivo experimentaron una sofisticación. Se empezaron a usar aparatos en los procesos agricultores con el fin demanda de alimentos del momento. La revolución verde, fue el nombre que se le dio a la época donde la productividad agrícola incrementó debido a la implementación de nuevas técnicas de cultivo.
Durante la década de 1960, la producción agrícola no cubría la demanda de la población. Los países subdesarrollados experimentaban altos porcentajes de desnutrición. Y esto hizo que se pensaran en nuevas formas de cultivo. La llamada Revolución Verde fue iniciada por Norman Borlaug, un ingeniero agrónomo estadounidense cuyo objetivo era aumentar la producción de alimentos.
Debido a la revolución verde, el proceso de producción agrícola cambió para siempre. Y aunque en un inicio fue la precursora de aumentar la productividad de los terrenos; lo que hoy en día ha ocasionado múltiple problemas ambientales. Los ideales de esta han aumentado, y la hoy llamada “revolución aún más verde”, tiene la meta de mantener una alta producción de alimentos; al mismo tiempo que se aplica una agricultura ecológica.