Micaela Camino tiene 39 años, es doctora en Ciencias Biológicas y se especializa en Biología de la Conservación. En 2010 se radicó en Chaco, mientras realizaba sus estudios de doctorado a través de una beca del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), que es el organismo argentino principal dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en el país. Se sumó al equipo del Laboratorio de Biología de la Conservación del CECOAL como becaria postdoctoral. Recientemente fue seleccionada para el ingreso a la Carrera de Investigador Científico (CIC) del CONICET.

Micaela fue una de las ganadoras de los premios Whitley que se entregaron en Londres. Este galardón es conocido como el “Oscar Verde” y distingue a proyectos de conservación orientados a países ricos en biodiversidad.

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Foto: Conicet.

El trabajo premiado tiene el objetivo de aumentar las capacidades de las comunidades locales para conservar el pecarí quimilero y el Chaco argentino. Este mamífero, lammado científicamente Catagonus wagneri, es una especie endémica de la región del Chaco seco (e encuentra en la región centro-oeste de Argentina) que está amenazada y que, de acuerdo a estimaciones de la investigadora, podría desaparecer en menos de 30 años.

“Es un honor haber sido seleccionada. Si bien el premio me lo dan a mi, hay un montón de gente trabajando para que esto ocurra, tanto desde el monte como desde distintas ciudades e instituciones”, señaló la investigadora premiada. Para ella, que creó el Proyecto Quimilero, esta distinción no solo permitirá aumentar la visibilidad del proyecto que dirige, sino de todo el Chaco seco.

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Foto: Conicet.

“Estamos en una región que es muchas veces invisibilizada y que cuenta con una enorme riqueza biológica y cultural. Por eso, es importante que podamos hablar de ella y de todos los problemas de conservación que la están amenazando”

Camino destacó que este proyecto surgió de trabajos de investigación que se realizaron durante más de 10 años y está enfocado en la conservación del 'quimilero' y su hábitat, junto con las comunidades locales. Por otra parte, también destaca que este trabajo investigativo se centra en todo el sistema y no sólo en esta especie particularmente.

El animal en cuestión es el también llamado “chancho de monte” y es el pecarí más grande que existe: puede medir más de un metro y pesar más de 40 kilos en su adultez. Está incluido en la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“Es una especie endémica de la región del Chaco. Sólo existe acá y está muy amenazado por la deforestación. El gran avance que tuvo agricultura industrial en las últimas décadas genera el desmonte y el desplazamiento de las familias locales. Todo eso hace que este bosque nativo seco, que es único en el mundo, esté desapareciendo, junto con esta y otras especies”

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Foto: Conicet.

Mediante un estudio reciente, se logró identificar que la mayoría de los bosques que quedan en la región del Chaco seco pertenecen a comunidades indígenas y a familias criollas campesinas, mientras que las áreas protegidas sólo abarcan una pequeña parte de la superficie.

“Si no trabajamos con las comunidades, no vamos a poder conservar los bosques. Por eso la idea es fortalecerlas para que puedan quedarse allí, teniendo una vida digna y justa. Eso va a ayudar a que no avance el desmonte y que no se sigan violando los derechos de las comunidades ni los derechos ambientales, llevando a la extinción al quimilero y a muchas otras especies”, sostiene.

¿Cuál es el objetivo final del proyecto Camino?

Es lograr la implementación de planes de conservación específicamente orientados a la región del Chaco, para que se puedan ejecutar de manera conjunta con los gobiernos y con la sociedad.

“El Gran Chaco es la segunda ecorregión más grande del continente sudamericano, después del Amazonas. Tiene una enorme biodiversidad que está enfrentando enormes amenazas. La deforestación es la principal, porque acá se registran las tasas más altas del mundo. Por eso necesitamos más investigación y recursos orientados a esta región. Todavía somos muy pocos los investigadores y grupos de trabajo que nos dedicamos a estudiarla, pero confío en que este premio será un impulso para que cada vez seamos más”.

¿Qué son los premios Whitley?

Estos premios, que pertenecen al Sur Global Reino Unido. Se entregan cada año y son destinados a conservacionistas de la vida silvestre que trabajan en países ricos en biodiversidad.

La distinción también incluye recursos financieros para la ejecución de proyectos diseñados en base a conocimiento científico y trabajo conjunto con comunidades locales, con el objetivo de lograr beneficios duraderos para los paisajes y las personas.

Los ganadores reciben formación y visibilidad en los medios de comunicación, incluyendo películas narradas por el prestigioso naturalista y divulgador científico, David Attenborough. Los ganadores también se unen a una red internacional de antiguos alumnos que pueden optar a la financiación de continuación, lo que permite ampliar las soluciones de conservación que han tenido éxito.

En ediciones anteriores fueron distinguidos otros proyectos de investigadores del CONICET, como los de Pablo García Borboroglú, referido a la conservación de pingüinos; Ignacio Roesler, sobre conservación del macá tobiano y José Sarasola, para la conservación del águila del Chaco.

Fuente: Conicet.