*Por Silvia Barrán Guerra para BrightVibes.

ESTE PROYECTO DE LA CUARENTENA PRODUCE FRUTA

Nacido como un proyecto de cuarentena, Michael Triviño —un hombre de negocios en Quezon, Filipinas— decidió convertir su terreno vacío en un huerto urbano al que nombró “El jardín de Myrtle Sharrin” por su hija. A pesar de que su negocio de transportes no operó durante la cuarentena, Triviño se mantuvo ocupado cultivando. Descubrió su interés por la jardinería urbana viendo blogs relacionados con la jardinería y uniéndose a grupos online.

Fue al supermercado, compró semillas, las plantó en botellas de plástico y las colocó en su patio trasero vacío. En vez de comprar macetas, optó por reciclar botellas, neumáticos y cajas. “Como poseía todo el lote, soy el que diseñó y decidió qué semillas y dónde se plantarían. Para mi, es mi pequeño proyecto”, dijo el cultivador urbano. Para maximizar el espacio, Triviño relegó sus maceteros de botellas a la pared de la propiedad. También creó estanterías de bambú de donde cuelgan el resto de botellas.

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Echa un vistazo a este huerto patio interior de 240 metros cuadrados, que Triviño y sus ayudantes construyeron en 30 días. Desde un área de almacenamiento desordenado, su patio interior es ahora un huerto urbano próspero. Desde que sus empleados no tenían viajes programados, Triviño pensó en una manera de mantener sus ingresos a través del proyecto de huerto. “Se convirtieron en mi ayuda (para construir el huerto) así al menos pueden ganar su sueldo de manera directa. El bambú que usé también era de ellos así que todos ganamos dinero. Algunos de los conductores tienen árboles de bambú en sus huertos cercanos así que los compré”. Fuente: Michael Triviño/ManilaBulletin

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Triviño con sus empleados compartiendo una comida en su jardín. Triviño cultiva principalmente hojas sueltas de lechuga. Su plan inicial era plantar únicamente lechugas en sus botellas, pero resultó que había comprado tantas semillas hasta el punto que se quedó sin botellas, así que usó otros materiales como neumáticos y cajas. Fuente: Michael Triviño/ManilaBulletin
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Fuente: Michael Triviño/ManilaBulletin

Cultivos de botella en el patio interior. Triviño recicló más de 1000 botellas como jardineras en su patio interior. “Me encanta la lechuga, por eso intenté que crecieran en la botellas. Ya que compré demasiadas semillas, terminé por poner las semillas de labanos y kangkong en neumáticos usados. Las primeras semillas fueron genial y crecieron de manera muy satisfactoria hasta ahora que pude plantar todas las semillas que compré”. También crecen lechugas en su sistema hidropónico hecho a mano.

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Para poder sembrar las semillas que compró en el espacio habilitado, Triviño practicó la siembra vertical. Para las berenjenas, cuerdas y okras, las cosecha dos veces a la semana, pero para la lechuga, semanalmente. Todos los días, Triviño riega las plantas sobre las seis de la mañana y comprueba que no tengan insectos. También elimina malas hierbas y las hojas secas a diario. Con el uso del internet, aprende de todo sobre jardinería hasta cómo hacer fertilizantes caseros y pesticidas. También asiste a webinars relacionados con la jardinería o la agricultura. Fuente: Michael Triviño/ManilaBulletin
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La hija de Triviño Myrtle Sharrin, de quien lleva el nombre la granja, sujetando una patola cosechada. Es prinicpal objetivo de por qué comenzó el jardín fue porque lo quería para el consumo personal de su familia. Triviño dice, “Ahorramos mucho porque no necesitamos comprar verduras que están en nuestro jardín”. Expresa su alegría en esta nueva descubierta pasión. “Durante esos tiempos (de jardinería), me siento feliz, especialmente cuando veo que hay una mejora en lo que estoy trabajando. También es mi manera de liberar estrés”, contó Triviño a Manila Bulletin. Fuente: Michael Triviño/ManilaBulletin

TRIVIÑO ENCONTRÓ SU PASIÓN EN PRODUCIR COMIDA PARA SU FAMILIA, VECINOS, AMIGOS Y EMPLEADOS

Todos los meses, la familia Triviño ahorra hasta P4000 en comida (aproximadamente 70€/86$/£62.50). Durante agosto, la producción fue únicamente a sus comidas, y también compartieron con sus amigos, empleados y vecinos. Sin embargo, Triviño comenzó a vender para vender sus productos sobre Septiembre y planea expandir su huerto urbano usando otra vacante situada en su subdivisión.

Como muchas personas que pierden sus empleos y pelean por encontrar un objetivo debido a la situación actual, Michael Triviño encontró su pasión en producir comida no solo para su familia, sino también para sus vecinos, amigos, y empleados.

Recientemente, Triviño ganó el concurso de AgriKwento en ATI CALABARZON.