La mayor parte de la Tierra está cubierta de agua. Sin embargo, la mayor parte del agua potable proviene de agua dulce, y el agua disponible para beber en la Tierra sólo representa el 0,014% del total. ¿Por qué ocurre esto? El agua no está distribuida de manera homogénea en el planeta debe considerarse también la diferencia entre la disponibilidad y la accesibilidad.
En la Argentina, por ejemplo, el 70% del territorio presenta condiciones áridas y semiáridas. En otras regiones, sin embargo, el recurso abunda, pero no por ello la población tiene acceso a él, por eso el problema no solo recae en la cantidad de agua dulce, sino en cómo se gestiona.
Cada dos décadas, el consumo mundial de agua se duplica, más del doble de la tasa de crecimiento de la población humana. Uno de los problemas más preocupantes es que mientras el volumen del agua potable se mantiene más o menos constante, la disponibilidad y el acceso al agua por habitante es cada vez menor a raíz del aumento poblacional, el deterioro de las cuencas hídricas, los crecientes usos insostenibles del agua; el derroche, la ineficiencia y la contaminación; sumados a la crisis climática global que incrementará el déficit en muchas regiones.
Los seres humanos ya estamos utilizando alrededor del 54% de toda el agua dulce accesible. Se estima que para el 2025, alrededor del 70% del agua dulce accesible será utilizada por los humanos, según los datos de crecimiento de la población.
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¿Qué sucederá? Si seguimos aumentando el consumo de agua como lo hacemos actualmente, en 25 años sólo quedará menos del 10% de agua dulce disponible. Actualmente, 17 países que representan una población de 3.000 millones de habitantes, se enfrentan a la situación de vivir con escasez de agua “extremadamente alta”. Se estima que la población que sufre de escasez de agua aumentará a 5.000 millones en 2050, según las Naciones Unidas.
Algunos datos a nivel mundial
- De 785 millones de personas, 1 de cada 9 no cuentan con acceso a agua potable.
- 144 millones de personas dependen de agua superficial, como ríos, para suplir sus necesidades básicas.
- La crisis de agua es el 4to riesgo global en términos de impacto a la sociedad, según el Foro Económico Mundial.
El agua salada como alternativa
El agua salada se utiliza principalmente en la industria de la energía termoeléctrica para enfriar los equipos de generación de electricidad, pero también puede usarse para proveer de agua dulce a algunas comunidades. El proceso para desalinizar el agua es costoso, por lo que no es práctico potabilizarla para beber.
Además de implicar un gran gasto, las plantas desalinizadoras tienen un gran impacto ambiental. En el proceso de desalinización se liberan grandes cantidades de salmuera a los mares. La salmuera, agua compuesta por cerca de un 5% de sal, a menudo incluye toxinas como el cloro y el cobre. Volcar grandes cantidades de salmuera provenientes de las plantas desalinizadoras, puede reducir los niveles de oxígeno en el agua de mar, afectando a los organismos marinos. Esto produce efectos ecológicos negativos observables en toda la cadena alimentaria.
¿Existen otras opciones?
El aprovechamiento de las aguas residuales tratadas adecuadamente puede aliviar la crisis hídrica, ya que actualmente, el 82% de las aguas residuales del mundo no se tratan para su posterior uso. También es de gran importancia implementar políticas que cuiden el recurso, como implementar infraestructuras agrícolas sostenibles y sistemas de aprovechamiento de agua de lluvia.
También debemos contar con una población consciente y responsable en cuanto al consumo diario del recurso. La conservación de los bosques y los humedales es además una forma sostenible de ahorrar agua dulce, ya que es un amortiguador de los cambios en el rendimiento del agua.
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Hábitos de un consumidor responsable
Es fundamental comprender que debemos realizar un uso responsable del agua. ¿Qué acciones podemos implementar individualmente para ahorrar agua?
1. Toma conciencia sobre el uso del agua a diario en tu hogar.
Si puedes elegir, utiliza el lavavajillas con carga completa en lugar de lavar a mano. Si lavas los platos a mano llenar la pileta o usa un balde para remojarlos, luego enjabonarlos y hacer un enjuagado rápido. Reutilizar el agua que se utilizó para hervir alimentos para regar las plantas, reutilizar el agua de lavado para el inodoro, usar el lavarropas completamente lleno, dosificar el agua de la cisterna o emplear duchas cortas en lugar de llenar la bañera. Cierra la canilla mientras nos lavamos las manos, los dientes o nos afeitamos.
2. Verifica el estado de tus cañerías, depósitos de inodoros y tanques de agua.
Haz las comprobaciones necesarias para estar seguro de que no hay pérdidas. Una canilla que gotea puede desperdiciar una gran cantidad de agua a largo plazo.
3. Reutiliza el agua de lluvia.
Recolectala en recipientes o instala mecanismos que lo hagan por ti.
4. Invierte en bienes de bajo consumo de agua.
Cuando renueves duchas, canillas, inodoros, lavadoras y lavavajillas, opta por aquellas de bajo consumo.
5. Utilizar aspersores o regaderas en vez de mangueras.
Si necesitas de la manguera, ponles un pico de corte de agua al lavar el auto, la bicicleta o el jardín.