Por Viridiana Lázaro*
La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia y restauración de los ecosistemas, asimismo, es esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Por lo que está íntimamente relacionada con la preservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria mundial.
Por lo tanto, las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, juegan un papel importantísimo para la preservación de la vida y la alimentación de todos los seres vivos. Entre el 60 a 90% de las especies de plantas requieren de un polinizador para su reproducción y se calcula que el rendimiento de 87 de los 115 cultivos más importantes para la alimentación mundial se incrementa con los servicios ambientales de polinización.
Sin embargo, las poblaciones de polinizadores, en especial de las abejas, están disminuyendo rápidamente. Su declive se debe principalmente a los cambios de uso de suelo, a las prácticas agroindustriales intensivas, al uso de agrotóxicos, a especies exóticas invasoras, parásitos, enfermedades y al cambio climático. Por lo que, estas maravillosas especies están, cada vez más, amenazadas por los efectos de la actividad humana.
Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución con la preservación de la vida en la Tierra, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas.
Se calcula que a nivel mundial existen más de 20,000 especies de abejas silvestres, de las cuales el 10% existen en nuestro país y una de las estrategias utilizadas en México para conservar a las abejas es promover las prácticas comunitarias de crianza de abejas nativas para la conservación, la apicultura.
La apicultura es fundamental tanto para la conservación de los agroecosistemas y de la biodiversidad, como para proveer un medio de vida digno a las comunidades. Las apicultoras y apicultores están al frente de la conservación de las abejas, fundamentales no solo para la producción de miel, sino para la producción de alimentos a nivel mundial y la conservación de la biodiversidad terrestre.
Sin embargo, la apicultura no es la única acción que se puede hacer para la preservación de las abejas, otra acción importante que se debe llevar a cabo es la transición a la agroecología, que es una alternativa al modelo industrializado de producción de alimentos, que evita los agroquímicos, tóxicos para las abejas pero también para los seres humanos y la vida en general.
Asimismo es necesario que como consumidoras y consumidores elijamos productos locales, agroecológicos, que provengan del comercio justo y del respeto al medio ambiente y los derechos humanos de las personas. Pero sobre todo ser conscientes que los humanos somos interdependientes con todos los seres vivos que habitan la Tierra y que su preservación, es la nuestra.
*Especialista en Agricultura y Cambio Climático Greenpeace México