La historia geológica de Panamá comienza en el fondo del mar, donde la actividad volcánica y el movimiento de placas tectónicas dio lugar, hace millones de años, a esta porción del continente.
Así, 45 millones de años atrás, este país estaba formado por un arco de islas volcánicas como resultado de la subducción o hundimiento de la placa de Farallón por debajo de las placas Sudamericana y del Caribe.
¿Qué caracteriza geológicamente a Panamá? Su istmo. ¡Aquí te contamos más!
Para aquellos que no lo saben, un istmo es una porción estrecha de tierra que conecta dos continentes o una península con un continente.
Su formación puede involucrar diferentes procesos pero en este caso, se lo atribuye principalmente al choque entre placas tectónicas y al aporte de material como resultado de la actividad volcánica de las islas y de las corrientes. De esta forma, tras millones de años, las diversas islas volcánicas que conformaban esta región se unieron dando lugar a un istmo.
La fecha exacta en la que esto ocurrió ha sido objeto de discusión hasta hace poco, esto se debe a que en 2013 y 2015 dos grupos de investigadores, de Suecia y Colombia respectivamente, propusieron un origen más antiguo al que había predominado de forma consensuada hasta el momento, y lo situaban hace aproximadamente 20 millones de años.
Sin embargo, en 2016 investigadores de 23 instituciones de América del Norte y del Sur, liderados por Aaron O'Dea (Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales, en Panamá) reunieron evidencias geológicas, paleontológicas, oceanográficas y moleculares; que convergen en que su formación habría ocurrido hace 2,8 millones de años.
Y se preguntarán por qué es tan importante conocer esta fecha… Bueno, gran parte de las interpretaciones que hacemos sobre restos del pasado implican establecer relaciones de causalidad entre los distintos eventos, que se verían modificadas considerablemente si el tiempo en el que ocurrieron los mismo se modifica.
Por ejemplo, durante millones de años América del Sur estuvo aislada del resto de continentes, lo que llevó a un alto grado de especiación y endemismo. No obstante, si su conexión con América del Norte dependía de la formación del istmo y esto ocurrió antes, habrían compartido más de una especie en común durante más tiempo de lo que pensábamos.
Más allá de su edad y formación, lo que más nos interesa es saber cómo este evento contribuyó a dar lugar al planeta tal y como lo conocemos hoy en día.
Por un lado, el istmo dividió al Pacífico y al mar del Caribe, funcionando como una barrera que llevó a la divergencia de muchas especies marinas a un lado y al otro de la misma. También generó diferencias de salinidad y de carbono entre estas aguas y modificó la circulación oceánica.
Esto último debido a que las aguas cálidas del Caribe fueron redirigidas hacia el norte, generando la Corriente del Golfo. Al mismo tiempo, esto desencadenó cambios en el clima.
Por ejemplo, la corriente cálida hacia el norte estuvo acompañada por el movimiento de vientos cargados de humedad en la misma dirección, que a su vez depositaron parte de esta agua en el Ártico en forma de precipitaciones.
Las bajas temperaturas a la altura de los polos y un suave contraste estacional, habrían favorecido la formación de nieve y posteriormente de las grandes masas de hielo que hoy asociamos con esa región. Por si fuera poco, estas aguas cálidas también habrían modificado el clima de gran parte de Europa, atemperando significativamente los inviernos.
Asimismo el istmo se convirtió en un gran corredor biológico entre América del Norte y del Sur que habría dado lugar a uno de los eventos de intercambio biótico más importantes de la historia, conocido como GABI (¨Great American Biotic Interchange¨) por sus siglas en inglés.
De esta forma un importante movimiento bidireccional de especies entre los dos continentes habría modificado la biodiversidad de ambos.
No obstante, algunos investigadores sostienen que, al menos para los mamíferos, el flujo habría sido mayor desde el norte hacia el sur debido principalmente a filtros ecológicos (presencia de ambientes de tipo sabana o baja cobertura de bosque) y a una ventaja competitiva por parte de las especies nórdicas.
Gracias a este evento es que podemos encontrar llamas, guanacos, zorros, tapires, pumas o ciervos en Sudamérica y zarigüeyas o armadillos en Norteamérica.
Aunque cabe destacar que existen evidencias paleontológicas que indican que previamente a la formación del istmo habría ocurrido otro intercambio como resultado de la formación transitoria de un pasaje, pero este no habría sido tan importante como el que ocurrió posteriormente.
En resumen, muchos interrogantes siguen rodeando hoy en día a la formación del istmo de Panamá pero de lo que no cabe duda es que cambió el mundo contribuyendo a convertirlo en lo que hoy conocemos.
¡es muy importante seguir estudiándolo y así poder comprender cuáles fueron sus implicancias locales y globales!
Bibliografía
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