El demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii) es un marsupial carnívoro del tamaño de un perro pequeño que solía vivir en Australia continental, pero que ahora solo se encuentra en estado salvaje en la isla australiana de Tasmania.
Una combinación de cacería, la destrucción de su hábitat, la competencia con los dingos y los cambios que trajo la presencia humana han llevado a la desaparición de los demonios de Tasmania en Australia continental. Adicionalmente, el cáncer es una causa común de muerte entre los ejemplares de esta especie.
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Pero en medio de todo esto, también surgen buenas noticias. El Australian Reptile Park, que está ubicado en Nueva Gales del Sur, anunció la llegada de ocho demonios de Tasmania.
Actualmente, todas las crías están siendo atendidas debidamente por cuatro cuidadores diferentes. Esta es una excelente noticia para una especie que está en peligro de extinción. Oficialmente, está categorizada como “Amenazada” por la UICN.
¿Cómo cuidan a las crías?
Las crías de los demonios de Tasmania requieren de cuidados muy específicos, y se deben alimentar cuatro veces cada día, incluyendo una vez a las 2 de la mañana. No se puede faltar a ninguna de sus comidas, ya que son muy vulnerables y hay que atender todas sus necesidades rápidamente.
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El Australian Reptile Park en sí tiene como objetivo que los nacimientos de estos ocho demonios de Tasmania ayuden a crear conciencia sobre el trabajo que hacen y la importancia de mantener su población.
Trabajan junto con la organización benéfica Aussie Ark, para establecer una población segura que le permita a la especie reintegrarse a su hábitat natural.
¿Cómo son los demonios de Tasmania?
El demonio de Tasmania alcanza una longitud total de aproximadamente 90 centímetros, incluida la cola, y pesa más de 8 kilos. La cabeza es similar a la del perro y su sentido del olfato es muy sensible y agudo. Puede localizar alimento a muchos kilómetros de distancia.
Los demonios alcanzan la madurez sexual a los dos años, y se reproducen durante los meses de marzo y abril. Las madres dan a luz de dos a cuatro crías, que se adhieren a las mamas en su bolsa.
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Allí viven durante unos cuatro meses y luego permanecen con la madre durante otros cinco o seis meses antes de independizarse. La esperanza de vida es relativamente corta y la mayoría de los demonios no se reproduce después de alcanzar los cinco o seis años de edad.
Algunos expertos estiman que la especie ha sufrido un descenso poblacional de más del 80% desde los 90 hasta 2008, cuando se estimaba que quedaban solo 10 mil a 15 mil ejemplares salvajes.
Esperemos que iniciativas como la del Australian Reptile Park puedan reanimar su población y ayudarlos a reintegrase a su ambiente natural.
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