Entre todos los factores que intervienen en la crisis ambiental que vivimos, uno muy importante es la deforestación. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) lo ha dejado muy claro: si la deforestación en la Amazonia brasileña continúa como hasta el día de hoy, podría convertir gran parte de los bosques en un tipo de desierto degradado, liberando posiblemente más de 50.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera en 30 o 50 años.
A pesar de las advertencias, en los últimos 12 meses, el aumento de la deforestación amazónica fue del 40% respecto al período de 12 meses anteriores, con un total de 6.833 km2. Así lo afirma el sistema de detección en tiempo real (Deter) del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil. Los expertos señalan que esta es la causa de los incendios que ya arrasaron con cientos de miles de hectáreas.
"En los años anteriores, [los incendios forestales] estaban muy vinculados a la ausencia de lluvia, pero este ha sido un año bastante húmedo", explicó a National Geographic Adriane Muelbert, ecóloga que estudia el papel de la tala de árboles del Amazonas en el cambio climático. "Esto nos lleva a pensar que estos son incendios provocados por la deforestación", agregó.
Para deshacerse de los árboles con rapidez, muchas veces se los quema. Se trata de incendios prendidos por humanos que se salen de control.
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Fuente: RCN
Solo entre mayo y julio de este año se ha talado más superficie forestal en Brasil que en el mismo período de 2018, 2017 y 2016. En julio, se perdieron 2.254 km2 de vegetación, lo cual equivale a entre tres y cinco veces el tamaño de las superficies que se perdieron en el mismo mes los cuatro años anteriores. Estas son las cifras más altas que el INPE ha registrado desde que comenzó a estudiar el problema en 2014.
El consumo de carne, uno de los problemas
Los árboles no solo se talan para obtener madera. En muchos casos la deforestación se realiza para plantar soja o abrir espacio para los pastos de ganado. Es por eso que se afirma que gran parte de este problema, que alarma a personas de todo el mundo, tiene que ver con el consumo de carne, al menos a los niveles en que se come hoy en día en muchos países.
“No queremos decirle a la gente qué comer”, aclaró Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad. “Pero sería realmente beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que la gente de muchos países desarrollados consumiera menos carne, y que la política creara incentivos apropiados a tal efecto”, agregó.
En este sentido, el llamado es, ante todo, a pensar en una alimentación más equilibrada y consciente, no solo como un beneficio personal, sino como un beneficio global.
La degradación de la tierra y la expansión de los desiertos amenazan con afectar la seguridad alimentaria, aumentar la pobreza e impulsar la migración, según el informe del IPCC. Teniendo en cuenta que el cambio climático impacta directamente a la producción agrícola, se debe considerar que aparecerán indefectiblemente lluvias más intensas, inundaciones y sequías como resultado del cambio climático.
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De bosque lluvioso a sabana
Thomas Lovejoy, ecólogo y explorador de National Geographic, afirma que con la deforestación se genera una espiral descendente, pues la pérdida forestal hace que la zona sea más seca, lo cual provoca aún más deforestación. ¿Por qué? En el Amazonas, gran parte de la lluvia la genera el bosque húmedo. Sin árboles, los niveles de precipitaciones decrecen. Esto podría secar más la selva y llevarla a parecerse más a una sabana que a un bosque lluvioso.
Lamentablemente, dice Pörtner, “algunos países no parecen entender la necesidad urgente de detener la deforestación en los trópicos”. Por eso, destacó la importancia de publicar reportes y relevamientos, y de seguir apostando a la generación de conciencia. “No podemos forzar a ningún gobierno a interferir. Pero esperamos que nuestro informe influya lo suficiente en la opinión pública a tal efecto”.
Una destrucción con impacto global
La deforestación y los incendios que tienen lugar en Brasil no afectan únicamente a ese país. Una pérdida de vegetación a semejante escala tiene repercusiones a nivel global.
El Amazonas es clave para mitigar el cambio climático, ya que su ecosistema absorbe millones de toneladas de emisiones de carbono cada año. La tala o quema hace que los árboles liberen el carbono que almacenan, a la vez que se pierde una herramienta fundamental para absorber las emisiones.
No importa en qué lugar del mundo te encuentres, aquí te dejamos algunas acciones con las que puedes ayudar a proteger el Amazonas.
Fuentes: