La presencia de microplásticos en los organismos se ha vuelto una temática de interés en las últimas semanas para las personas a las que les preocupa y ocupa el cuidado del ambiente. Es fundamental tomar conciencia de las consecuencias que generan este tipo de acciones.
De hecho, en los últimos tiempos se ha hablado mucho de microplásticos encontrados en la fauna marina, no solo por fuera, enredados en sus cuerpos, sino también en los organismos, producto de su ingesta.
Esto ha generado mucho interés y enojo en aquellas personas que les interesa el cuidado del planeta y temáticas como la contaminación ambiental. Ahora, además, a partir de un estudio de la comunidad científica, se ha detectado la presencia de microplásticos en los humanos.
Y es que mucho se ha hablado, debatido y advertido que si las personas no toman consciencia de sus acciones las consecuencias en el planeta serán devastadoras. Durante muchos años se descreía o se pensaba que faltaban muchísimas décadas para poder ver esos efectos.
Sin embargo, el cambio climático ya es un hecho. Basta con ver los distintos sucesos naturales se desencadenan en distintas partes del mundo como inundaciones, sequías y aumentos bruscos de la temperatura.
Estos mismos son los que hacen que, día a día, cada vez más personas se interesen por temáticas como sostenibilidad y sustentabilidad, que llegaron para quedarse. Hace años que se viene hablando de ellas pero, en muchos países, se acentuaron en las últimas décadas y cada vez a más sujetos les preocupa el cambio climático y buscan soluciones a la contaminación ambiental.
En esta búsqueda se hace hincapié en la acción del hombre. Esto no sólo hace referencia la deforestación, la explotación de combustibles fósiles, los métodos poco sustentables de las industrias, sino también a las actividades cotidianas como el uso de plásticos, no reciclar los residuos, no cuidar el consumo energético ni el agua potable, básicamente no tener consciencia ambiental.
Por mencionar un dato, más de 700 especies marinas se ven afectadas por microplásticos producto de los desechos que el hombre deposita en las playas, lo que equivale a la muerte de más de un millón de aves y 100.000 mamíferos marinos.
Es sumamente importante tomar consciencia de las consecuencias de las acciones y de las culpas que cada uno tenga en los niveles de contaminación ambiental mundiales.
Microplásticos en los humanos
Año a año se conocen más cosas sobre el organismo, el cual es una estructura súper compleja y por ende existen todavía muchos misterios por descubrir.
El organismo es uno de los elementos que, a lo largo de la historia, ha sido material de estudio de las distintas ramas de la ciencia y continúa siéndolo ya que se está lejos de conocerlo por completo. En esta oportunidad, se suma además, un vínculo entre el organismo y la contaminación ambiental, en este caso, por microplásticos.
Antes de hablar sobre estas investigaciones a partir de las cuales se detectaron microplásticos en los organismos de las personas, es necesario aclarar a qué hace referencia este término.
Cuando se habla de microplásticos se hace alusión a pequeñas piezas de plástico que contaminan el ambiente, ya sea la tierra, como el aire y el agua. Sin embargo, existe cierto debate a la hora de hablar sobre el tamaño. En este punto, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica utiliza el parámetro de menos de 5 mm de diámetro para clasificarlos.
Los especialistas han declarado que los plásticos se fragmentan continuamente en el ambiente y que se degradan con el tiempo en fibras incluso más pequeñas que un cabello humano, que son fácilmente aerotransportables.
Estos pequeños fragmentos de plástico son muy difíciles de degradar por lo que terminan siendo absorbidos por organismos. De este modo, se integran a la cadena alimenticia y contaminan los entornos.
Según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la mayoría de los microplásticos en los océanos proviene del lavado de textiles sintéticos, así como neumáticos arrojados al mar, bolsas plásticas y empaquetados.
Esto hace que la fauna marina y consuma estas partículas viéndose perjudicada la biodiversidad. Asimismo, se ha descubierto que estas pequeñas piezas perjudican directamente a los humanos.
Además, los microplásticos se encuentran en la sal, la cerveza, las frutas y verduras e incluso en el agua potable, ya que las partículas se transportan por el aire en cuestión de segundos.
En las últimas expediciones que se han realizado para contar microplásticos en el océano, se detalla que las mismas se han multiplicado. Año tras año son arrojados más y más plásticos a las aguas que se desintegran allí.
Lejos de disminuir la producción de estos plásticos, la misma cada vez es mayor. En 2020, se fabricaron 367 millones de toneladas métricas de plásticos, una cantidad que se estima se triplicará para 2050.
Además, se han identificado más de 10.000 productos químicos únicos utilizados en plásticos, de los cuales más de 2.400 son de potencial preocupación, según científicos de la Junta de Control de Recursos Hídricos del Estado de California.
Investigaciones: ¿plástico en el cerebro?
Existen hace décadas investigaciones vinculadas a la presencia de microplásticos en los animales, que al principio fue en las tripas de los peces y los mariscos. Sin embargo, los estudios se centraron en estos últimos ya que, a diferencia de los peces, se come todo el animal.
En ese sentido, en 2017, científicos belgas descubrieron que quienes consumían mariscos podrían ingerir hasta alrededor de 11.000 partículas de plástico al año sólo comiendo mejillones, por ejemplo.
Sin embargo, un equipo de la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido, llegó a la conclusión que las personas absorben más plástico inhalando fibras de plástico diminutas, incluso de su propia ropa, que comiendo los propios mejillones.
Recientemente, investigadores de los Países Bajos y del Reino Unido anunciaron que encontraron partículas de plástico en los pulmones de pacientes quirúrgicos y en la sangre de donantes anónimos, dos lugares donde no se había encontrado antes.
Cada persona come, bebe y respira entre 78.000 y 211.000 partículas de microplásticos al año. Es un hecho que se los detectó en sangre, órganos, placentas, leche materna y sistemas gastrointestinales, según estas últimas investigaciones.
Esto cambia el foco ya que si bien los investigadores no consideraban que estos hallazgos sean particularmente alarmantes, si detallan que la sociedad debería preocuparse ya que estas partículas no deberían estar en la sangre.
Otra de las cuestiones que se desprende de esta investigación es que las nanopartículas de estos plásticos traspasan la barrera biológica que protege el cerebro de sustancias nocivas -la hematoencefálica (BBB)- en sólo dos horas de ingresar al cuerpo.
Las consecuencias por contaminación de plásticos al cerebro pueden ser de dos formas distintas: las enfermedades degenerativas potencialmente graves y los potenciales efectos en la salud a corto plazo, como deterioro cognitivo, niveles alterados de neurotransmisores, entre otras cuestiones.
Asimismo, trasgreden la barrera gastrointestinal, lo que genera inflamaciones en el intestino, que pueden llegar hasta la muerte celular.
Más allá de estas consecuencias de los plásticos en el cerebro, los investigadores todavía no pudieron determinar con exactitud cuáles son los daños que provocan en las distintas partes del cuerpo.
Sin embargo, se puede determinar que los plásticos están conformados por diversas sustancias químicas que se encuentran en varios tipos de este material son carcinógenos y disruptores hormonales.
Solo queda decir que no hay más tiempo para dudar y que es momento para que todos, desde su lugar, actúen para disminuir la contaminación ambiental, el cambio climático y los diferentes daños en el planeta.
Ahora ya sabes qué determinaron las investigaciones científicas con respecto a la presencia de microplásticos en la sangre de las personas. ¿Tenías este dato?¿Qué hacés para cuidar el planeta?
Fuente: Greenpeace, National Geographic.