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La quema de regiones enormes de la selva Amazónica ha acaparado la atención del mundo en los últimos días, y no es para menos, ya que en la región se produce el 20% del oxígeno del mundo, contribuye a combatir el cambio climático y es una reserva irreemplazable de biodiversidad.
Muchos se preguntan qué podemos hacer desde nuestros hogares para ayudar. Pues resulta que es un poco más sencillo de lo que parece: tienes que comer menos carne.
Aunque parezca que esto no tiene nada que ver con el fuego en el Amazonas, en realidad están íntimamente relacionado. Rainforest Foundation estima que cuando una persona deja de comer carne de res por un año, se salva a 3.432 árboles aproximadamente.
Además, debemos considerar que los expertos indicaron que la causa de los incendios no es natural, sino que se debe a la quema de áreas de la selva para utilizar los terrenos para el pastoreo o para el cultivo de soya para alimentar a los animales. Aunque esta práctica no es nueva, el incremento en el número de incendios que se ha observado en los últimos años es sumamente preocupante.
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Frente a esta situación, el Ministro de Finanzas de Finlandia hizo un llamado urgente a la Unión Europea, con la intención de que se estudie la posibilidad de prohibir la carne de res brasileña, en vista de la naturaleza destructiva de su industria.
Las autoridades irlandesas también se han pronunciado al respecto, amenazando de bloquear un trato con el que se levantaría un impuesto del 20% sobre las importaciones de res brasileña, si las autoridades del país suramericano no toman medidas para preservar el Amazonas
El Amazonas es una de las mayores regiones ganaderas del mundo, y Brasil aprovecha la mayor parte, lo que lo ha convertido en el mayor exportador de carne de res de todo el mundo, seguido por India, Australia y Estados Unidos.
En 2018, Brasil exportó 1,64 millones de toneladas de carne de res, la mayoría de la cual se dirige a Hong Kong, China y Egipto. La Unión Europea está en el cuarto puesto en destinos de carne brasileña.
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La industria de la ganadería no solo está está asociada con estas quemas forestales, sino también con la emisión de metano por parte de los animales. Se estima que produce la mitad de las emisiones de efecto invernadero de la industria alimentaria del mundo, lo que la convierte en el sector más contaminante. Además, el metano es 25 veces más potente que el dióxido de carbono.
Con solo comer dos porciones de 75 gramos de carne de res a la semana, estamos añadiendo 604 kilogramos al año en emisiones de efecto invernadero. Esto es equivalente a un vuelo de ida desde Nueva York a Londres.
Si bien hay otras actividades por las que se deforesta la Amazonia, como la tala legal e ilegal, la agricultura animal es la principal causa. El Banco Mundial informó que la ganadería ocupa el 80 por ciento de todas las tierras convertidas en la selva.
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