Los científicos de la NASA estudiaron recientemente cómo el polvo del desierto del Sahara es recogido por fuertes vientos y transportado a más de 4.500 kilómetros hasta la selva amazónica. Las partículas de arena cruzan el océano Atlántico para terminar fertilizando al pulmón de la Tierra, uno de los lugares del mundo con la mayor concentración de biodiversidad.
La agencia espacial de Estados Unidos ha creado un video que muestra y explica cómo sucede este proceso.
¿Cómo sucede esto?
Puede parecer una idea inusual, pero la verdad es que la arena del Sahara es rica en un elemento muy especial: el fósforo. Se trata de un material clave para el crecimiento de las plantas, pero también es sorprendentemente escaso en la Amazonía.
El Sahara en cambio, guarda grandes depósitos de este elemento, debido a un vasto lago que nutrió al desierto con grandes cantidades de fósforo. Ese lago prehistórico, conocido como el lago Mega-Chad, se localiza en la frontera entre Camerún, Níger, Nigeria y Chad.
El lago Chad solía estar lleno de algas y otros microorganismos, pero hace más de 7.000 años un clima cambiante causó que se secara considerablemente. Su polvo dejó atrás una gran cantidad de nutrientes.
Gran parte de él ahora se encuentra en la depresión de Bodélé en Chad, que debido a su geografía, es particularmente propensa a tormentas de polvo severas. El viento proviene del este a través de un túnel formado por dos cadenas montañosas cercanas y recoge el polvo rico en fósforo de la región. Una vez en el aire, ese polvo puede viajar miles de kilómetros a través del océano.
¿Por qué es importante para el Amazonas?
Este polvo nutritivo resulta ser crucial para la selva amazónica. Aunque las plantas necesitan fósforo para crecer y es un ingrediente clave de los fertilizantes modernos, hay sorprendentemente poco fósforo disponible en el suelo amazónico.
Algunos nutrientes son recogidos por el suelo de fuentes como las hojas caídas, pero otros, incluido el fósforo, son arrastrados por la lluvia hacia los arroyos y ríos, y se drenan de la cuenca del Amazonas.
Si bien esta relación Sahara-Amazonas se conoce desde 2006, un estudio publicado en Geophysical Research Letters en 2015 ofreció una mejor comprensión sobre el fenómeno. Utilizando satélites de la NASA, los autores hallaron que los vientos transportan, en promedio, alrededor de 27 millones de toneladas de polvo desde el Sahara hasta la cuenca del Amazonas cada año.
Este polvo desértico contiene 22.000 toneladas de fósforo. Es una gran demostración de cómo regiones remotas del mundo pueden interconectarse de maneras totalmente inesperadas.
Mira el proceso en este video:
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