Los problemas del cambio climático son cada vez más notorios y peligrosos para la vida en el Tierra, de esto muchos están enterados y algunos quieren revertirlo. A la luz de esta realidad nace el proyecto de una empresa islandesa que convierte el CO2 en piedra. Se trata de una novedosa tecnología por la que apuesta el multimillonario y filántropo Bill Gates.

La compañía Carbfix, con sede en Reikiavik, atrapa y disuelve el CO2 en agua, para luego inyectarlo en el suelo, donde se transformará en piedra en menos de 2 años.

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"Se trata de una tecnología escalable, barata, económica y respetuosa con el medio ambiente. Básicamente, estamos haciendo lo que la naturaleza ha estado haciendo durante millones de años, así que estamos ayudando a la naturaleza a ayudarse a sí misma", asegua Edda Sif Pind Aradottir, directora ejecutiva de Carbfix.

Un área de interés para magnates

La captura y almacenamiento del CO2, que antes era considerado como una ilusión, ahora es un área de gran interés. Inversores de la talla de Bill Gates y Elon Musk, de CEO de Tesla, buscan apuestan por soluciones como estas para evitar los peores efectos del calentamiento global.

El funcionamiento de la tecnología tras el proceso de la empresa Carbfix, puede realizarse de dos maneras. La primera se llama “la captura de carbono”, en la que se atrapa el gas de las chimeneas de las fábricas centrales eléctricas antes que se escape a la atmósfera. El segundo proceso es más difícil, consiste en “la eliminación del carbono”, el cual se basa en extraer el CO2 del aire que nos rodea.

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La captura de carbono puede reducir las emisiones de una industria o gobiernos a cero. Por su parte, la eliminación del carbono ayuda a compensar sus emisiones, o incluso, lograr que su impacto no sea negativo. Lo que es posible al extraer más CO2 del aire del que producen.

Carbfix está haciendo ambas cosas. Se encuentra ampliando su proyecto en la central geotérmica de Hellisheidi para atrapar las emisiones de carbono a medida que se liberan. A su vez, se asocia con la empresa suiza Climeworks AG, encargada de construir maquinarias para la captura de CO2 directamente del aire.

La captura de aire directa de Climeworks es costosa, unos 1,200 dólares la tonelada. Sin embargo, la planta de Hellisheidi puede hacerlo a un coste más barato que la compra de créditos de carbono, según Aradottir. El proceso cuesta unos 25 dólares por tonelada, frente al precio actual de unos 48 dólares por tonelada en el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE.

Este tipo de compensaciones deberán formar parte del programa para garantizar que Europa cumpla su objetivo de neutralidad climática en 2050. Por ello, Bil Gates y Elon Musk, buscan contribuir con inversiones que puedan ayudar a cumplir la meta, incluso para antes de 2050.

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