Si has comenzado tu huerta hace poco, tal vez estés necesitando un poco de orientación. Lo mismo sucede si estás a punto de comenzarla. Tal vez hayas leído bastante sobre el tema o hayas escuchado consejos de expertos. Pero hay algunas reglas básicas, que parecen ser cuestión de sentido común pero que muchas veces no tenemos en cuenta y arruinan las primeras plantaciones, que solo otra persona que haya comenzado hace poco su huerta por primera vez puede explicar en detalle.
La periodista aficionada a la huerta Carol Hartsell enumeró los 12 consejos que le hubieran sido útiles antes de comenzar su huerta por primera vez. Están especialmente pensados para personas que no tienen un gran parque, sino que inician la huerta en un patio pequeño o incluso en un balcón o terraza, plantando en macetas y en espacios urbanos limitados.
¿Qué consejos puedes darnos tú?
1. Planifica con anticipación
Éste fue el último consejo que Carol puso en su lista, porque considera que planificar es la lección que los nuevos horticultores aprenden al final de todo, cuando llevan ya unos meses o un año trabajando en la huerta y saben lo que ha funcionado y lo que no. Pero tenerlo en cuenta desde el principio puede ser, para algunos, la única manera de no fracasar y desanimarse.
Hay que planificar incluso si solo se siembran pocas cosas, porque cada planta necesita ciertos cuidados que tienes que garantizar que podrás darle. Organízate bien, ten en cuenta tus horarios y piensa cuándo tendrás un rato al día para regarlas, cuándo podrás podarlas, echarles abono, y además, cuánto tiempo de luz solar hay en tu balcón. Si eres una persona que, por ejemplo, no pasa los fines de semana en casa, deberás tenerlo en cuenta y solo elegir especies que no requieran cuidado diario.
2. Admite que algunas plantas van a morir
La mayor parte de las huertas que fracasan no lo hacen por falta de tiempo o de cuidados, sino porque el desánimo ataca a su cuidador luego del primer pequeño problema, como que alguna planta se seque. Al comienzo, es posible que se mueran tantas plantas como las que consigas sacar adelante. Tenlo en cuenta desde el comienzo, y planta de más. Si tienes suerte y sobreviven todas, puedes regalarlas.
3. Observa el sol
Antes de plantar cualquier cosa, tómate unos días para mirar atentamente el espacio que estás pensando utilizar. Párate en el lugar exacto en el que colocarás la planta y mira al cielo. ¿Puedes ver el sol? La respuesta debería ser sí.
Cada tipo de planta necesita una cantidad de exposición al sol diaria para crecer: las frutas y verduras necesitan seis horas. Algunas pueden arreglárselas con algo menos, pero no deben ser berenjenas, tomates ni pimientos. Si en cambio tu espacio recibe muchas horas diarias de sol, por ejemplo 10, olvida las hojas verdes, que se chamuscarán. En espacios que quedan la mayor parte del día a la sombra, no tendrás una buena cosecha de hortalizas, pero puedes buscar cuáles son las plantas y flores que crecen mejor cuando no les da el sol.
4. Consigue una tierra durable
Aquí hay que diferenciar si tienes un pequeño jardín con tierra en el suelo, o si plantas en maceteros. Si tienes un jardín, no pienses que estarás salvado: por lo general, la calidad de una tierra en la que hace mucho que no se planta y que está en la ciudad no es buena, y deberás trabajarla durante el primer año. También puedes construir un jardín elevado y colocar tierra apropiada en él.
Para los que plantan en macetas, también hay aspectos que tener en cuenta. Un problema de muchos jardineros primerizos es que utilizan la tierra que viene con los plantines, sin saber que ella solo dura una temporada, porque no es muy fértil. Tienes dos opciones. Reemplazarla cada año, o mejor, plantar en un compost de buena calidad, o en una mezcla de compost y tierra. Así, cada año no tendrán que reemplazarla, solo acondicionarla.
5. Recuerda que las macetas tienen sus propios secretos
Si estás plantando en macetas, además de acondicionar la tierra, tienes que recordar que esta forma de cultivo tiene sus propias peculiaridades, como el riego. Tienes que usar macetas con orificios inferiores para que el agua pueda drenar (eso seguramente ya lo sabes, pero no está de más recordarlo) y además puedes leer algunos consejos específicos para plantar en macetas.
6. Recuerda que las plantas necesitan nutrientes
El riego y el sol son casi todo lo que las plantas necesitan para vivir, porque ellas generan su propio alimento; pero de todas maneras debes pensar en el abono, que hará la diferencia entre que solo sobrevivan, o que crezcan fuertes y den muchísimos frutos. Al comienzo, la tierra fértil que hayas comprado tendrá nutrientes, y más aun si utilizaste tierra de compost, pero luego irán menguando, y deberás acondicionarla agregando abono o compost nuevo.
Tu mejor amiga será una compostera: no solo te permitirá tener siempre abono fresco, sino que reducirás el impacto de tus residuos, porque reciclarás todos los que son orgánicos, y evitarás que se mezclen con los demás. Compostar le hace un gran favor al planeta, y también a tu huerta y a ti.
7. Averigua qué tipo de bebedoras son tus plantas
Todas las plantas necesitan agua, pero en distinta medida. Por ejemplo, los tomates necesitan mucha, pero no constante, sino que les agrada la sequedad entre un riego y otro. Lo mejor es darles mucha agua cada tres días. Otras prefieren que no se mojen sus hojas, por eso hay que regarlas al nivel de la tierra; algunas necesitan mucha agua, como zapallos y sandías; y otras, muy poca, como los porotos.
Si no sabes cómo regar tus plantas, averígualo; hay mucha información en Internet y te ahorrará errores que podrías tener si intentas experimentar solo.
8. Aprende a reconocer insectos amigos y enemigos
Algunos pequeños animalitos, como los pulgones, son enemigos de las plantas y debes mantenerlos lejos. Pero otros, como lombrices y abejas, que airean el suelo y polinizan respectivamente, serán tus mejores amigos, y son parte necesaria de la naturaleza, y en consecuencia, de tu huerta. Además, las lombrices son necesarias en tu compostera, para acelerar la descomposición.
También son amigas las chinitas, porque les encanta comer pulgones. Si tienes la posibilidad, conseguir 1500 chinitas es mucho más sustentable y efectivo que cualquier pesticida.
9. Aprovecha el espacio con soportes verticales
Otro de los problemas frecuentes de las huertas en espacios pequeños es que sus dueños, emocionados al principio, plantan una cosa junto a otra, pero cuando comienzan a crecer, las plantas se ahogan entre sí y no saben qué hacer.
Una opción para huertas pequeñas son los soportes verticales, en los que pueden treparse plantas rastreras como los tomates y los pepinos, mientras que en la base crecen otras como las lechugas. Puedes aprender cómo cultivar tomate cherry en vertical y, si ya tienes más práctica, adaptar estas ideas de jardines verticales a tu huerta.
10. A veces no queda otro remedio que cortar
Es muy emocionante plantar muchas semillas y ver cómo comienzan a crecer, y es lo más recomendable porque, como vimos, es probable que no todas las plantitas prosperen. Sin embargo, las plantas no pueden crecer unas encima de otras, porque se acabarán muriendo. Aunque sea difícil matar una planta que has visto crecer, cuando veas que las pequeñas plantitas se enciman deberás cortar los tallos más débiles, porque sino, todos competirán por la luz, el agua y el espacio, y puedes quedarte sin nada.
11. Aprende cuándo es necesario podar
En algunas plantas, como los frutales enanos, la poda es solo una cuestión de espacio y deberás hacerlo cuando quieras. En otras, como los tomates, es algo necesario para que las plantas den más frutos: tienes que equilibrar entre cortar algunas ramas para que los brotes den más tomates, pero conservar el tallo central.
12 . No seas impaciente
Algunas personas arruinan las cosechas por simple impaciencia: ahogan las plantas regándolas demasiado, las dañan trasplantándolas innecesariamente, las podan cuando no están listas o quitan los frutos antes de tiempo.
Lo único que puede ayudarte a no dañar tus plantas de ese modo es armarte de paciencia. Pero también puedes tener en cuenta elegir variedades que maduren en diferentes fechas del año, para poder así disfrutar de tus cosechas en temporadas distintas y mantenerte siempre entretenido con las que están listas, sin apurar a las demás.