¿Sueles incorporar semillas a tus platos y preparaciones? Las más conocidas suelen ser las de chía, linaza, sésamo y girasol. En este artículo, te contaremos todo lo que debes saber acerca de ellas: cuáles son sus beneficios, cómo las puedes consumir y algunos consejos para sacarles todo el partido posible.
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¿por qué sumar semillas a nuestra alimentación?
Las semillas son versátiles, por lo que se pueden añadir a las comidas o usarlas como base para distintas preparaciones. Aportan una gran cantidad de nutrientes esenciales para una correcta alimentación.
Existe una gran variedad, por lo que hay para todos los gustos. Cada una de ellas aporta distintas vitaminas y minerales, entre otros beneficios. Las de chía, por ejemplo, son ricas en ácidos grasos esenciales. Además, contiene vitamina B, fósforo, calcio y magnesio. ¡Son consideradas un súperalimento! Las de lino, contienen omega 3 y 6, y vitaminas B y E. También aportan fibra, clave para una buena digestión.
Por su parte, las de sésamo aportan vitamina E, omega 3 y es la que más calcio aporta en relación a las demás. Una vaso de bebida vegetal hecha con sésamo tiene más calcio que la leche de vaca y se absorbe más rápido: por cada 100 gr. contiene 975 mg. de calcio, mientras que la leche de vaca aporta sólo 120 mg.
Asimismo, las semillas de girasol son fuente de vitamina E, magnesio y fósforo. Al igual que las de chía, son buenas para regular los niveles de colesterol en sangre. ¡Sin dudas, son muchos los motivos para incorporarlas a nuestros platos!
¿Cómo consumirlas?
Ten en cuenta que, si bien son fáciles de consumir, cada una de ellas se activa de manera diferente. Pero, ¿qué significa "activar"? Se trata de un proceso sencillo gracias al cual se liberan todos los nutrientes de las semillas, además de favorecer su digestión.
Tal como sucede con las legumbres, se sugiere sumergirlas en agua durante 8 horas, aunque con un plazo de 2 a 6 hs. dependiendo del tipo de semilla, sería suficiente. También se recomienda molerlas, para facilitar la asimilación de nutrientes durante la digestión.
En cuanto a las recetas, ¡da rienda suelta a tu creatividad! Añádelas a tus ensaladas, budines, tartas, granola, jugos, licuados o a lo que se te ocurra. También puedes elaborar recetas basadas en semillas, como un delicioso pudding de chía.
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También puedes consumirlas a modo de snack, en preparaciones de galletas o bien mezclándolas con frutos secos. Otra opciones son mezclarlas con yogures o esparcirlas en masas de pan o pizza. ¡Anímate a incorporarlas en tu día a día!