¿Quién no cree que comer sano es beneficioso para la salud? Hoy en día, todo el mundo, o casi todo el mundo, sabe lo importante que es. Pero, ¿qué sucede cuando se tiene un menú en lugar de una vida? ¿Qué pasa cuando la principal preocupación pasa por la calidad de lo que se consume?
Cuando la comida se convierte en el eje central de la vida de una persona, aparece ansiedad y preocupación excesiva por el peso y por el aspecto físico. Además, se genera un intenso malestar cuando no se cumple con las exigencias autoimpuestas.
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
A diferencia de otros trastornos como la builimia y la anorexia, donde el foco está puesto en la cantidad que se come, en la ortorexia la obsesión pasa por la calidad. Es por eso que se suelen eliminar por completo alimentos considerados “impuros” como las grasas o los conservantes, incluyendo únicamente aquellos libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas, así como cualquier otra sustancia que haya sido modificada por el hombre. En todo momento se cuestiona el tipo de alimento, su origen, forma de cultivo, los materiales y las técnicas usadas en su preparación, la adición de sustancias artificiales, etc.
El ortoréxico convierte su dieta en una religión. No se preocupa por ocultar su estilo de vida al resto de la sociedad, por el contrario, se muestra como abanderado de esta nueva tendencia y con conocimientos absolutos sobre alimentación.
UN PELIGRO PARA LA SALUD
Pero, ¿cuál es el problema de esto? El problema es que la eliminación total de grupos de alimentos conduce a severas deficiencias nutricionales, porque no siempre es posible encontrar otro alimento que reemplace nutricionalmente al que se decidió dejar de consumir. Puede haber déficit de vitaminas y minerales, cambios en la presión arterial, cáncer, osteoporosis, endurecimiento de las arterias, anemia, depresión, ansiedad, etc.
Por otro lado, cuando no se dispone del tipo de alimento requerido, se prefiere dejar de comer antes de consumir alimentos “contaminados”, dando lugar al bajo peso y la desnutrición. Si bien al principio puede parecer una preocupación sana por seguir un estilo de vida saludable o bajar de peso, la persona termina envuelta en un círculo vicioso que llega incluso a aislarla socialmente.
Quien tiene ortorexia deja de asistir a reuniones y eventos sociales o familiares, aislándose en su mundo. Aparecen también sentimientos de insatisfacción y culpa si por algún motivo se consume alguno de los alimentos eliminados de la dieta.
PREVENCIÓN
Comienza en la familia, con la instauración de hábitos de alimentación saludables, la eliminación de las palabras “permitidos y prohibidos” y con el cuidado de los comentarios referidos al cuerpo. Sigue en la escuela, donde la educación alimentaria nutricional debe ser parte de la currícula. Se debe instruir en la importancia de llevar una dieta sana y equilibrada, en la naturaleza de cada nutriente y su importancia para la salud.