En medio del ajetreo de la vida urbana en Medellín, Verónica Botero proclama con convicción: "El alimento está por todos lados". Sus palabras resuenan entre un grupo de jóvenes y familias con niños que la siguen por las calles de El Poblado, uno de los barrios más vibrantes de Medellín, Colombia. Sin embargo, Verónica no se refiere a las comidas que se compran en las esquinas de la ciudad; en cambio, está señalando hacia los árboles que proporcionan sombra y vegetación en medio del calor urbano.

Verónica Botero y su esposo, el biólogo Lucas Posada, han estado explorando la biodiversidad de Medellín durante años. Han llevado a cabo expediciones botánicas para descubrir que, a pesar del rápido crecimiento de las ciudades, la tierra sigue proporcionando alimentos. A unas cuadras de donde se encuentra el grupo, se alza un imponente bosque de jaca, un fruto de origen asiático que puede alimentar a muchas personas. La jaca es versátil, se puede consumir verde como una especie de carne desmenuzada para aquellos que siguen una dieta vegetariana, o madura con un sabor similar al chicle de frutas tropicales.

Sin embargo, la mayoría de las personas en la ciudad están desconectadas de la abundancia de alimentos que les rodea. Para abordar esta desconexión, Verónica y Lucas han creado los "recorridos botánicos comestibles". Estos recorridos no solo buscan que las personas reconozcan los árboles y plantas comestibles de la ciudad, sino que también los conecten con la importancia de conocer la procedencia de los alimentos y cómo estos pueden dar lugar a nuevos árboles y frutos.

H6DZ4UFC6BAYXPEFIC5DIG5AT4

El problema de la desconexión con la comida no es exclusivo de Medellín; es un problema que afecta a muchas ciudades. A menudo, las personas no se dan cuenta de los árboles frutales que se encuentran en sus calles o parques, y mucho menos de cómo pueden usar los frutos que producen. Esto lleva a lo que Verónica llama "gastroanalfabetismo", una falta de conocimiento y valoración de los alimentos locales y sus tradiciones culinarias. En lugar de mirar hacia adentro y aprovechar los recursos locales, las sociedades a menudo dependen en gran medida de alimentos importados.

El enfoque de Verónica y Lucas no se limita a los recorridos botánicos. Han creado el proyecto "Cocina Intuitiva", que ofrece "cenas gastropedagógicas", experiencias multisensoriales donde los comensales aprenden sobre los orígenes de los alimentos que consumen y descubren nuevos sabores y especies no comerciales. También trabajan con niños para ayudar a establecer una conexión temprana entre los jóvenes y los alimentos locales.

ZNX4O53P7RHQ5HVR234BAL73ZU

La falta de conexión con la comida es un problema global. Según la FAO, casi 690 millones de personas en el mundo estaban subalimentadas en 2020. Proyectos como los de Verónica y Lucas resaltan la necesidad de transformar la cultura alimentaria y crear conciencia sobre la importancia de los alimentos locales y la diversidad de especies que están a nuestro alcance.

La comida no debería ser simplemente una transacción en el supermercado; en cambio, debería ser una conexión íntima con la tierra y la comunidad. Al reconocer y valorar los alimentos locales, las personas pueden no solo mejorar su relación con la comida, sino también contribuir a la sostenibilidad y la seguridad alimentaria en sus comunidades. Los recorridos botánicos comestibles y las cenas gastropedagógicas son pasos hacia una mayor conciencia y aprecio por los alimentos que nos rodean, un recordatorio de que "el alimento está por todos lados".

¿Conoces cuales sos los árboles de tu localidad? ¡Cuéntanos en los comentarios!

Fuente: El País.