Por Manuela Toro, Universo MOLA
Tintes para textiles
Los tintes naturales provienen de plantas, raíces y animales. El teñido artesanal de textiles con colorantes naturales ya sean de origen vegetal, animal o mineral, fue el principal método para tinturar textiles desde épocas prehistóricas hasta mediados del siglo XIX.
Gracias a la diversidad en flora y fauna con la que contamos en América Latina, tenemos varias fuentes de extracción del color como, por ejemplo: ñaccha, nogal, chilco y remolacha, donde el nogal proporciona los colores más variados. La cáscara del árbol al ser hervida da un tono chocolate, la hoja da tonos verdes y la fruta un café intenso. Las flores de ñaccha permiten un amarillo claro; el chilco es especial para diversos tipos de verde; mientras que la remolacha provee un color vinotinto.
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La tonalidad e intensidad del color depende del elemento que use, así como la cantidad y concentración del principio activo en relación con el peso de la tela. Cabe mencionar que, si bien se puede conseguir una amplia gama de colores, al ser de origen natural, la mayoría de los colorantes vegetales resultan generar tonos suaves, más tenues a diferencia de los colores intensos que se pueden conseguir con colorantes sintéticos.
Sin embargo, hay otra opción ubicada en las nuevas tecnologías donde existe el proceso de teñido sin agua. ¡Si, así como lo lees! Existen procesos como DyeCoo o AirDye u otras tecnologías como ColorZen que reducen el uso de agua y electricidad al 90% y 75% respectivamente y sin usar químicos tóxicos. Aunque los tres procesos difieren mucho entre sí, los resultados son bastante parecidos.
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Tejidos naturales
La industria de la moda sostenible nos muestra distintas alternativas para crear tejidos ecológicos y amigables con el planeta, minimizando el impacto y evitando el abuso y la sobreexplotación de recursos. Algunas opciones en tejidos son las fibras de árbol, a partir de ellas salen materiales como el lyocell, viscosa y modal.
Los árboles destinados a que produzcan este material, son sembrados exclusivamente para ello y no se usan árboles de bosques libres o de zonas con protección ecológica. La fibra de bambú es una buena opción porque no requiere pesticidas ni demasiado riego. Se usa solo o mezclado con cáñamo, corcho o madera, para crear así materiales más sólidos y resistentes.
Los materiales reciclados como las botellas de plástico, neumáticos, redes de pesca, algodón y lana son materiales con gran capacidad de reciclaje; es por eso que son tan empleados en la industria de la moda. Usualmente son recolectados de centros de reciclaje, e incluso de jornadas de limpieza de playas y océanos.
El cuero vegetal es la gran apuesta ecológica y sostenible en el mundo de la moda y los accesorios. Partiendo de fibras naturales, como las extraídas de la piña o la manzana, se pueden crear materiales muy similares al cuero animal.
Zapatos, carteras, cinturones y mucho más se fabrican con el cuero vegetal: la variedad de usos y aplicaciones que nos brinda son casi infinitas. Y lo más importante de todo es que está totalmente libre de maltrato animal y de contaminación ambiental.
Empleando estos materiales no solo garantizamos el máximo de aprovechamiento de recursos sustentables, sino que también abrimos las puertas a una nueva era en el mundo de la producción textil.
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