Emplazado en el imponente Cañadón del Río Pinturas, el Parque Provincial Cueva de las Manos, Patrimonio Mundial de la UNESCO, resguarda pinturas rupestres de más de 9.000 años de antigüedad, que dan cuenta de la trascendencia cultural y la naturaleza de la región noroeste de Santa Cruz. Un tesoro arqueológico de los primeros pobladores cazadores recolectores de la zona, que demuestra como vivían y su relación con la naturaleza.
Sin embargo, unas rejas de 2 metros de altura, colocadas para su protección debido a varios actos de vandalismo ocurridos en el pasado, interferían en la visibilidad de las pinturas y generaba en el visitante la impotencia de poder disfrutarlas en toda su magnitud.
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Hoy, las rejas fueron reemplazadas por una baranda de 90 cm de altura, que permite disfrutar de la visita con una experiencia de mayor intimidad, que de la mano de la historia que cuentan los experimentados guías transportan al pasado con el detalle de las costumbres de los antiguos cazadores recolectores que habitaban la zona.
El renovado sendero Bajada de los Toldos, tradicional acceso peatonal que llega hasta la Cueva de las Manos y es la alternativa a las rutas vehiculares, es hoy un paseo para disfrutar. Su abrupta bajada se ha mejorado con pendientes más amables que permiten disfrutar de la caminata y de las impresionantes vistas panorámicas del cañadón. En los lugares más escarpados, los escalones recién estrenados complementan este recorrido auto guiado que lleva hasta la cueva en un recorrido de 45 minutos.
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Y para vivir a pleno la visita al Sitio Cueva de las Manos, nada mejor que complementarla con la amplia red de senderos del Portal Cañadón Pinturas recorriendo los balcones del Cañadón del Río Pinturas con increíbles vistas desde sus paredones de 300 m de altura y la posibilidad de avistar chinchillones anaranjados en sus grietas, recorrer el sendero La Guanaca hasta la cima del Cerro Amarillo, ver sobrevolar los cóndores en los infinitos cielos patagónicos y, en un día de sol pleno, poder ver el emblemático cerro San Lorenzo en el horizonte.
Recorriendo el sendero Koi los visitantes se cruzarán con manadas de guanacos que, alertados por el macho, se alejan velozmente por la estepa. Camino a Tierra de Colores, se pueden ver grupos de choiques que corren moviendo su plumaje y los más afortunados podrán divisar algún puma, el depredador tope de este ecosistema.