Templos abandonados a merced de la intemperie. Sombras que crecen con el tiempo y destinos que se resquebrajan en silencio. Hay lugares que fueron olvidados y que al ser redescubiertos ganan un aura de terror. También hay lugares secretos o poco conocidos en los que suceden cosas que pocos querrían tener la mala fortuna de vivir.
Son lugares siniestros, espeluznantes; destinos que han sido marcados por la mala fortuna, pero también que se han convertido en la obsesión de miles que buscan descubrir algo secreto, inimaginable y a veces, hasta sobrenatural.
La isla de las muñecas, México
Bienvenido a tus pesadillas. ¿Alguna vez has visto una muñeca de porcelana jurando que ella te devuelve la mirada? Tal vez incluso por las noches creíste que una de ellas cerró los ojos o cambió de posición. Aquí no encontrarás mucha porcelana, pero sí muñecas mutiladas, muchas con apariencia de bebés, por lo que su transfiguración las vuelve aún más siniestras.
Se trata de una pequeña isla (o chinampa como se les conoce a estas pequeñas tierras flotantes) en Xochimilco, uno de los principales destinos turísticos de México. Sin embargo, esta isla no está en el recorrido normal y debes hablar con la gente correcta para pasar por ahí y sobre todo para embarcar en ella. Pero, ¿Por qué harías algo así?
Agbogbloshie, Ghana
Se trata del vertedero más grande de basura electrónica del planeta, pero también del sitio más contaminado del mundo. Muchos sabemos que no debemos tirar las pilas de los controles a la basura, pues los químicos contaminan demasiado, pues este lugar es dónde todos esos químicos, casi siempre tóxicos para animales y personas, están al aire libre.
Tal vez no hay muchas historias de fantasmas (incluso hay programas de reciclaje y salvaguarda que buscan terminar con este sitio), pero sólo pensar que ni siquiera Chernóbil está tan contaminado como Agbogbloshie, te hace pensar dos veces antes de querer visitarlo.
Lawang Sewu, Indonesia
En Java Central se encuentra este lugar que literalmente significa “Mil puertas”, por los numerosos arcos y puertas que dan la impresión de tratarse de un sitio infinito. Fue construido como centro de operaciones del Dutch East Indies Railway Company, pero durante la Segunda Guerra Mundial los japoneses lo convirtieron en una prisión y desde entonces se considera uno de los sitios más embrujados del mundo.
Hoy es una popular atracción turística, sin embargo a diferencia de muchos destinos en los que pagas porque actores disfrazado te asusten, aquí el sentimiento de pesadez y la incomodidad son reales.
Castillo de Edimburgo, Escocia
Se dice que Edimburgo es la ciudad más embrujada del mundo y que el castillo –sitio de mayor atracción turística de la ciudad- el destino más embrujado de dicha ciudad. En primer lugar, se encuentra en lo alto de un volcán extinto de 700 millones de años de edad y sus primeros pobladores datan del 850 a.C. por lo que la idea de energías ancestrales no debe sorprender.
Lo que sí sorprende es que al ser usado con fines militares por siglos, la muerte no fue extraña en ese destino que hoy cuenta la historia de una hermosa ciudad, pero que también tiene a los visitantes con los nervios de punta, pues juran que han sentido que sin nadie alrededor, los jalan, empujan, que ven sombras y mucho más.
Hospital Changi, China
Siempre se habla de manicomios y hospitales embrujados, tal vez porque la locura y la muerte son la combinación perfecta para aterrarnos más allá de la razón, sin embargo, entre todos estos destinos, tal vez China es el que tiene la historia más memorable.
El antiguo hospital Changi en China fue construido por el gobierno británico en 1935, pero en la Segunda Guerra Mundial Japón lo utilizó de la forma más siniestra. Ocupado por la policía secreta, se convirtió en un hospital experimental y campo de concentración. Aquí se cometieron alguno de los crímenes más temibles, no de la guerra, sino de la historia de la humanidad y hoy, en decadencia y peligro de derrumbarse, es aún más terrorífico que cualquier otro sitio.
En estos destinos existe dolor y peligro, hay algunos que ni siquiera pueden ser visitados, pero todos son una muestra de que a veces la geografía puede esconder cosas que no somos capaces de comprender.