La región eslovena que linda con las fronteras de Italia y Austria esconde el Parque Nacional de Triglav, uno de los entornos naturales más extraordinarios y desconocidos de Europa. Con nada menos que 840 km², el pueblo esloveno se enorgullece de su único parque nacional, el cual fue bautizado así debido a la cima más alta del país, el pico Triglav de 2864 metros.

Las privilegiadas vistas de las crestas alpinas, los verdes valles montaraces, los riachuelos que murmullan a su paso, los lagos que reflejan el cielo azul y la variada fauna y flora son una carta de presentación de cinco estrellas. La mayor parte de los Alpes Julianos orientales se disfrutan en esta vasta área, el lugar idóneo para sentir la conexión con la naturaleza.

Según cuenta la leyenda, aquí reinaba una gamuza blanca con cuernos de oro llamada Zlatorog. Este rebeco vigilaba y protegía la región y sus tesoros, hasta el punto que si alguien osaba adentrarse la gamuza le expulsaba lanzando aludes de piedras por sus inclinadas laderas. Un joven cazador de Trenta, enamorado pero no correspondido por una bella tabernera, decidió disparar al rebeco con la idea de conseguir los tesoros de la montaña y así conquistarla. De la sangre de Zlatorog brotaron las flores de Triglav.

Débil y agotado, se comió las rosas, recuperando todo su vigor y consiguiendo que sus cuernos brillaran más que nunca. Cegado por el milagro, el cazador dio un mal paso y cayó por el barranco. Por ello, dicen que el tesoro sigue estando recóndito en las montañas.

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Dependiendo de donde estés ubicado o de tus gustos personales, podrás dibujar tu ruta de una manera u otra. Muchos viajeros deciden optar por realizar una ruta circular en coche para tocar todos los puntos interesantes. En tu itinerario descubrirás multitud de parajes inolvidables: el icónico Lago de Bled y el misterioso Lago Bohinj. El grandioso paso montañoso de Vrsic, el cual sirve como uno de los mejores miradores panorámicos de la zona. El Valle de Soca, el cual es atravesado por un río esmeralda que desciende raudo y veloz creando saltos y rápidos perfectos para el rafting, y las gargantas de Vintgar, entre muchas otras joyas.

Alzada sobre el Lago de Bohinj, la estación de esquí de Vogel es la única dentro del Parque Nacional de Triglav. A través de un teleférico podrás deslizarte por tus pistas preferidas acariciando la montaña. De hecho, Vogel es un destino muy solicitado por esquiadores y snowboarders freeriders o que practican la modalidad fuera de pista.

El entorno es muy propicio para los que buscan recorrer las montañas enfundados en sus botas. Alrededor del pico Triglav, hay multitud de rutas de trekking que suben a sus refugios, con más de 400 montañas que superan los 2000 metros de alturas, destacando las cumbres Mangrt, Jalovec, Prisojnik y Špik.

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Trenta es el lugar más elegido para iniciar el ascenso al pico que da nombre al parque. El pueblo de Bovec es un punto común de partida para los amantes de los deportes de aventura. Kobarid alberga uno de los museos más premiados por su labor de recuperación de la memoria histórica de la Primera Guerra Mundial, además de ser el pueblo desde donde comenzar la ruta de 6 kilómetros hasta la mágica cascada de Kozjak. Por su parte Tolmin es un centro internacional para la práctica del kayak, además de ser el lugar de elaboración de uno de los mejores quesos eslovenos.

Una bonita opción será emprender el conocido como Sendero de la Paz, un trayecto histórico que desfila por puestos con fortificaciones preservadas desde la I Guerra Mundial, y que parte desde Tolmin para desembocar en el maravilloso Mar Adriático.

Sea como sea, atrévete a detener el tiempo y abraza la naturaleza virgen, escala los majestuosos picos y empápate de un medio inusualmente bello.

“A doorstep is the highest of all mountains”

Refrán esloveno