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Con la rutina diaria, puede que pasemos por alto esos detalles que parecen pequeños, pero que al fin de cuentas son los más importantes. Así, incorporar la práctica de la gratitud nos ayudará a identificar todo aquello que forma parte de nuestra vida y que nos hace bien.
Quizás sea ese desayuno especial que te has preparado, o esa conversación con tu mejor amigo. Tal vez tu hijo ha aprendido una nueva palabra, o has aprobado un examen por el que has estudiado mucho. Puede que sea un viaje que hayas hecho ¡Todos los motivos son válidos! Dar las gracias por lo que has conseguido te hará consciente de lo afortunado que eres.
la gratitud contribuye a nuestro bienestar
Ya sea que se trate de un logro académico, económico, emocional o material, piensa en la importancia que tiene para ti y lo mucho que lo mereces. Elevarás tu autoestima y la confianza en ti mismo, ya que podrás ver con mayor claridad todo el potencial que hay en ti.
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Concentrarte en lo que te hace bien y ser consciente de ello mientras lo analizas, te situará en el presente inmediatamente. Si lo haces durante una meditación, ampliarás la gratitud. Si lo deseas, puedes crear tu propio mantra a partir de una frase que te conecte con esa sensación. Está comprobado que las afirmaciones positivas tienen numerosos beneficios.
¿Cómo practicarla?
Elige un momento del día que sea sólo para ti. La idea es que conectes contigo mismo y que disfrutes de esta actividad. Ten siempre a mano un cuaderno y un bolígrafo, y asegúrate de que no tendrás interrupciones. Ponte una alarma o apúntalo en tu agenda, para que se convierta en parte de tu rutina.
Si tienes la posibilidad, haz una meditación. Es una excelente manera de prepararte antes de comenzar. Ahora, tómate 10 minutos -o el tiempo que necesites- para anotar cada uno de los motivos por lo que te sientes agradecido. Haz un repaso de todo tu día y de tu presente en general.
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Concéntrate en esas pequeñas cosas que te hacen sentir bien. Luego, escribe todo lo que venga a tu mente. Si no encuentras motivos por los que sentir gratitud, recuerda que estás vivo. Probablemente tengas una comida en tu mesa y un techo que te protege del frío y la lluvia. ¡Considérate afortunado por lo que tienes!
Tan sólo mira a tu alrededor y encontrarás muchas razones para sentirte agradecido. A medida que incorpores este hábito, te resultará más sencillo identificarlas. Además, comenzarás a adquirir una perspectiva más positiva ante la vida y las adversidades.
